
Por José Daniel Martínez
Texto: Juan 11:25-39
Cuando hablamos de la palabra maestro nos referimos a un personaje de gran valía en la historia de la humanidad. Es considerado el profesional más completo, puesto que por sus manos pasan todas las personas de las distintas profesiones. Desde la antigüedad, el maestro es una persona que transmite valores y conocimientos, y que posee una formación integral que influye positivamente en sus seguidores.
La imagen del maestro en la antigua Roma y Grecia era la del esclavo de amplios conocimientos, capaz de transmitirlos a los jóvenes como pedagogo, conduciéndolos por un buen camino. Ya en la Edad Media, no solo transmitía conocimientos, sino que presentaba estrategias para lograr un aprendizaje memorístico del Trívium y el Cuatrivium en la escolástica.
El término maestro se refiere a la persona que enseña o guía a otros en un área específica, ya sea académica, artística o profesional. Su origen etimológico proviene del latín magister, que significa el que más sabe o destaca. Las características de un buen maestro incluyen la vocación, la empatía, la paciencia, la creatividad y la capacidad de adaptación a las necesidades de cada estudiante. Sus aportes son fundamentales para el desarrollo individual y social, ya que transmiten conocimientos, habilidades y valores, formando ciudadanos críticos y preparados para el futuro. Actualmente, la imagen del maestro ha cambiado mucho: para algunas sociedades es poco valorado, pero para otras culturas, el maestro es un líder que influye en todas las dimensiones de la vida.
Al pasar del paidocentrismo al magistrocentrismo, el cambio fue notable. Ser maestro de panadería, zapatería u otra área del conocimiento humanístico es de gran valor en las sociedades donde se valora, respeta y admira al maestro con vocación para realizar su labor como un sacerdocio.
Jesús fue llamado el Gran Maestro, Rabí o Raboni, ya que desarrolló más de 60 parábolas para enseñar verdades a sus discípulos, haciendo comparaciones entre los ejemplos de la cultura judía y las verdades espirituales eternas. «El Maestro está aquí y te llama» (Juan 11:28). Él enseñaba de manera muy distinta a los fariseos, con autoridad, un lenguaje, valores y modelaje dignos de admiración.
Problemas del maestro de hoy
La feminización de la carrera, la incomprensión de los padres que quieren que los maestros sustituyan su rol en la escuela, y el trato social de estos profesionales como si fueran políticos aferrados a una profesión que no los valora ni los respeta por los valores que transmiten, son algunos de los desafíos actuales.
La labor del maestro en la actualidad
Comúnmente, se conoce al maestro/a como aquella persona que ha estudiado magisterio y se encarga de la educación formal e institucionalizada de los niños en Educación Infantil, Primaria o Especial en escuelas públicas o colegios privados. Sin embargo, este concepto de maestro no ha sido siempre así, pues los avances sociales y los cambios políticos han incidido en la figura del maestro, modificando sustancialmente su protagonismo.
El maestro en la Antigüedad
En la Edad Antigua, los griegos llamaban a los maestros paidagogos, que eran los sirvientes encargados de acompañar a los niños y, en ocasiones, instruirlos. Esta tarea era realizada por los esclavos más viejos, pues requería paciencia. En Roma, los maestros tenían más prestigio, como Xilán y Estaberio Eros. Otros pedagogos de la época fueron:
- Sócrates: «La pedagogía es un arte que trata de ayudar al alumno a alumbrar los tesoros escondidos en las profundidades del espíritu».
- Platón: Para ser «gobernante-educador, será necesario recibir una esmerada educación desde la infancia», por lo que desarrolló el primer plan de enseñanza.
- Quintiliano: Fue el primer profesor romano reconocido públicamente y escribió el primer manual de formación de maestros, «Instituciones Oratorias» (ante-todo-educadores.webnode.es).
El Magister Dixi en la Edad Media
En la Edad Media, las órdenes religiosas fueron quienes se encargaban de la educación, creando la Escuela de Alejandría. Aquí, el maestro tenía la función de orientar a mejorar el ánimo y no a instruir, y la pedagogía se convirtió en la conductora de los niños hacia la virtud, a través de una disciplina que defendía los castigos físicos. Los hijos de las familias acomodadas eran quienes recibían esta educación. En esta época destacaron los siguientes maestros: San Anselmo, Vicente de Beauvais, Juan Gersón.
Todos los autores de esta época coincidían en la importancia de la formación del profesorado, pues debía ser una persona instruida, preparada cultural y pedagógicamente, que conociera todo el proceso de aprendizaje, las características evolutivas de los educandos y las metodologías didácticas de las diferentes asignaturas a impartir. De esta forma, poco a poco fueron poniendo en marcha la Renovación Pedagógica del siglo XIX. Iban en contra de la enseñanza tradicional donde el maestro estaba centrado en el autoritarismo, la memorización y la competitividad, para poder introducir una nueva actitud en la que el eje educativo fuera el respeto por la vida junto a la interacción cordial, afectiva y amistosa entre el profesor y el alumno, ya que ambos cooperan en una tarea en común. Estos aspectos se recogen en la Institución libre de enseñanza.
La imagen del maestro ha cambiado. ¿Cómo ha sido en tu comunidad? Sin embargo, Jesús y sus parábolas siguen marcando la pauta: «enseñar» es un verbo que aparece en la Biblia más de 200 veces. La historia de Nelson Mandela, de preso a presidente de Sudáfrica, es una muestra del cambio que produce la educación sin odio ni rencor.
Referencias
ante-todo-educadores.webnode.es. (1 de julio 2025). El maestro en la historia. Recuperado de https://ante-todo-educadores.webnode.es/el-maestro-en-la-historia/
Sociedades Bíblicas Unidas. (1960). La Santa Biblia: Reina-Valera 1960. Sociedad Bíblica Americana.
