Por Francisco Luciano
En la clase de Ciencias Políticas el profesor conversaba con sus alumnos acerca de las distintas formas de gobierno que existen. Expuso sobre cómo se ejerce el poder en las Repúblicas, Monarquías y Dictaduras.
Expresó cómo se toman las decisiones en cada nación de acuerdo con el tipo de gobierno. En el presidencialismo el presidente de la República es Jefe de Estado y Jefe de Gobierno; en el sistema Semi presidencial, el presidente es Jefe de Estado y el congreso designa un jefe de gobierno denominado Primer Ministro; los regímenes Monárquicos son encabezados por un Rey, que casi siempre hereda el poder de sus padres y la dictadura es el gobierno ejercido por una persona que impone a la fuerza su voluntad a toda la nación
Los alumnos formularon una que otras preguntas que el profesor respondió de manera llana. Luego paso a exponer su teoría acerca del poder, su ejercicio y la manera de cómo es visto dependiendo de la relación que tengan las fuerzas o grupos que se disputan el control de la sociedad. De modo que quienes gobiernan lo ven de una manera y los opositores de otra.
Expresó que lo más conveniente para los grupos que hacen oposición es conducir sus críticas y demandas sobre la base de argumentos propositivos, es decir, identificando los problemas que afectan a las mayorías, al tiempo que aportan ideas de cómo resolverlos. La oposición puede ser arrogante y solo verter críticas, lo que no es bueno para la sociedad.
Quienes gobiernan deben ser abiertos a las críticas aceptándolas como oportunidades para mejorar la imagen del gobierno y aprovechándolas para explicar la justeza de sus decisiones. En su opinión el poder no puede ser intolerante, ni persecutor, ni retaliador, pues el poder siempre será transitorio.
El maestro aseveró que la relación ante el poder siempre será cuestión de tiempo. El tiempo es enemigo de quienes tienen el poder y resulta fatal para quienes lo ejercen de manera intolerante. El tiempo es amigo de la oposición, sobre todo si se ejerce de manera propositiva.
Se recomienda a quienes ejercen el poder, hacerlo con humildad y apegados a la justicia, respetando los derechos adquiridos de los gobernados sin tomar en cuenta sus simpatías.
En todo caso, dijo el maestro, el Poder tiene cuatro P y estas se leen de manera diferente dependiendo de quien haga la lectura. Cuando se está en el poder, se leen así: “el poder Pasa, Pero Pesa y Pisa”. Desde la oposición la lectura es: “El poder Pesa y Pisa; Pero Pasa”.
El autor es docente universitario y dirigente político.