
Estos días meditaba sobre una expresión que me decía una de mis hijas espirituales: “Necesito balancearme”. Al principio me causaba risa, porque pensé: “¡Tú no eres un automóvil!”. Pero luego comprendí que hablaba de algo mucho más profundo: el equilibrio en la vida.

Ella es una mujer profesional, madre de una niña curiosa, cuida a su madre viuda, su hogar, su esposo y a sí misma. Asiste a su trabajo, comparte con amigas y mantiene una fe activa en su comunidad espiritual. Ante tantas responsabilidades, entendí que sí es necesario “balancearse” o tener un balance personal.
¿Qué es el balance?
En general, balancear significa mantener algo estable o equilibrado.
- En mecánica (vehículos):
El balanceo de ruedas es un ajuste que asegura que giren de manera uniforme, sin vibraciones, distribuyendo el peso de forma pareja. Esto evita desgaste irregular, ahorro de combustible y daños en la suspensión.
- En la vida personal:
Tener balance es organizar y equilibrar el tiempo, las emociones y las prioridades, sin descuidar ninguna área importante. Es mantener armonía entre el trabajo, la familia, la salud, la espiritualidad y el autocuidado.
Balance personal: áreas clave
Para lograr equilibrio en la vida, conviene prestar atención a estas áreas:
- Tiempo para uno mismo: Descansar, reflexionar o disfrutar actividades que recarguen energía.
- Relaciones sanas: Nutrir vínculos positivos y evitar relaciones tóxicas.
- Trabajo y ocio: Distribuir el tiempo de manera que el trabajo no absorba toda la vida.
- Cuidado físico y mental: Alimentación, ejercicio, descanso, meditación o terapia según se necesite.
- Metas y prioridades claras: Saber qué es importante y no dispersarse demasiado.
- Flexibilidad: El balance no siempre es 50/50; ajustarse según las circunstancias sin culpa.
Conexión espiritual: Santiago 4:17
Santiago 4:17 dice:
“Aquel, pues, que sabe hacer lo bueno y no lo hace, le es pecado.”
Aplicado al balance personal:
- Responsabilidad personal: El equilibrio no es solo autocuidado, sino también actuar correctamente ante lo que sabemos que es bueno.
- No postergar lo bueno: A veces el desequilibrio surge por dejar de hacer lo que debemos. La inacción genera un “desequilibrio moral”.
- Acción consciente: Balancear la vida significa tomar decisiones activas sobre cómo vivimos y cómo tratamos a los demás.
Plan práctico para lograr balance personal
- Evalúa tu vida actual
Haz un listado de tus áreas principales: salud física, emocional/mental, relaciones, trabajo, espiritualidad y tiempo para ti mismo. Pregúntate: ¿Estoy haciendo lo bueno en cada área o lo estoy posponiendo?
- Prioriza lo importante
Identifica 1–2 acciones esenciales por área.
Ejemplo: caminar 30 min diarios, dedicar una tarde a la familia, meditar 15 min diarios.
- Planifica tu semana
Diseña un horario realista que incluya estas acciones buenas. Divide tu tiempo entre obligaciones y autocuidado.
- Revisión diaria
Antes de dormir, revisa:
- ¿Hice lo bueno que sabía que debía hacer hoy?
- ¿Qué puedo mejorar mañana?
- Ajusta y sé flexible
La vida cambia; el equilibrio no siempre es 50/50. Lo importante es ser consciente y actuar en lo que sabes que es correcto, sin excusas.
Conclusión
El balanceo no es solo un ajuste mecánico: en la vida significa vivir con armonía entre diferentes áreas y actuar de manera consciente en lo que sabemos que es bueno. Tener balance personal implica equilibrio, estabilidad, autocuidado y responsabilidad moral. No basta con desear equilibrio; hay que vivirlo cada día, haciendo lo correcto, cuidándonos y cuidando a los demás.





