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La verdad absoluta en un mundo relativo

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Por José Daniel Martínez

Introducción

Verdad, veritas, verdaderamente. Exploraremos (1) la verdad filosófica de los predadores, (2) la verdad moral de Pilato y (3) la verdad espiritual de Cristo en un mundo relativo, carente de absolutos morales (Juan 14:6).

Texto clave: Juan 18:38-40: Le dijo Pilato: «¿Qué es la verdad?». Y cuando hubo dicho esto, salió otra vez a los judíos y les dijo: «Yo no hallo en él ningún delito. Pero vosotros tenéis la costumbre de que os suelte uno en la Pascua. ¿Queréis, pues, que os suelte al Rey de los judíos?». Entonces todos dieron voces de nuevo, diciendo: «¡No a este, sino a Barrabás!». Y Barrabás era ladrón.  

Dios es la fuente de toda verdad.

La gran pregunta del gobernador romano Poncio Pilato: «¿Qué es la verdad?», resuena con el cinismo de un hombre que la buscaba desesperadamente sin jamás encontrarla. Las escuelas, influenciadas por la filosofía atea, a menudo enseñan el mismo cinismo: «No existe la verdad». Sin lugar a dudas, esto apunta a la cuestión bíblica: «Tu palabra es la verdad» (Juan 17:17) y «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida» (Juan 14:6). Seguramente has oído muchas veces: ¿es la verdad algo personal y relativa, o es verdadera en todo lugar del mundo?

Texto clave: Juan 14:6 — «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida…»

Dios no solo dice la verdad: Él es la Verdad misma.

Toda verdad objetiva y moral procede de Su carácter eterno. La verdad de Dios es inmutable. ¿Será una verdad absoluta o relativa? El poeta español Ramón de Campoamor decía: «En este mundo traidor, nada es verdad ni es mentira, todo depende del color del cristal con que se mira». El relativista argumenta que un lápiz está a la izquierda del cuadrante solo desde la perspectiva del escritorio, porque toda verdad depende del punto de vista o cosmovisión con que se examine.

ANÉCDOTA: La vieja anécdota de los seis ciegos y el elefante se utiliza para ilustrar esta postura relativista. Uno palpó la trompa del animal y la comparó con una serpiente; otro tocó las orejas y concluyó que era el ventilador del animal; el tercero tropezó con el cuerpo y aseveró que era una pared; el cuarto sintió una pata, y la describió como una columna; y el último tocó el afilado colmillo y dijo que era una lanza. Todos se equivocaron porque tenían una perspectiva relativista del animal.

Para el relativista, la vida es como un sueño subjetivo, porque no entienden que la verdad absoluta de Dios no cambia. El testimonio nunca cambia (Éxodo 20:16); la Biblia es infalible. Juan el Bautista dio testimonio de la verdad (mira Hechos 24:8-11, lo que dijo un gobernador). La verdad radica más en una proposición que en una persona: Juan 1:14, 17, 8:44 y 1 Juan 2:4.

I- La verdad de Dios no cambia

Texto clave: Malaquías 3:6 — «Porque yo Jehová no cambio…»

A diferencia del mundo cambiante, la verdad de Dios permanece para siempre (Salmo 119:89).

Lo que Dios ha declarado verdadero nunca será falso.

II. La Palabra de Dios es la expresión revelada de Su verdad

¿La verdad es real-correspondiente o es práctica-coherente?

Texto clave: Juan 17:17 — «Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad».

La Biblia es la norma absoluta para distinguir entre lo verdadero y lo falso.

Es autoritativa, suficiente y confiable (2 Timoteo 3:16-17).

La verdad no puede ser relativa (Isaías 53:6, Génesis 8:21, 2 Corintios 5:18-19).

III. Jesucristo es la verdad encarnada

Texto clave: Hebreos 1:1-3 — Jesús es la revelación final y perfecta de Dios.

En Cristo vemos la verdad vivida, hablada y demostrada con poder.

Negar a Cristo es negar la verdad. Él es la verdad encarnada (Juan 1:14, 4:24, Santiago 1:18).

IV. La verdad de Dios confronta y transforma porque es divina

Texto clave: Romanos 12:2 — «No os conforméis a este siglo…»

La verdad de Dios no es solo para conocimiento, sino para transformación.

El Espíritu Santo guía a los creyentes a toda verdad (Juan 16:13, Romanos 3:4).

V. El rechazo de la verdad trae juicio

Texto clave: Romanos 1:18-25 — El mundo suprime la verdad y adora la mentira.

Dios entrega a los que rechazan la verdad a una mente reprobada.

La verdad absoluta de Dios es también un llamado al arrepentimiento y perdón de pecados.

Los valores morales de Dios son absolutos, no cambian; el relativismo es una quimera del maligno para dañar el mundo (Mateo 5:1-13). El famoso filósofo alemán cristiano Immanuel Kant planteó el imperativo categórico para demostrar que la verdad de Dios es absoluta e inmutable, aunque la sociedad esté de cabeza. Si los absolutos entran en conflicto, estos no cambian (Mateo 22:38-39). Hay una pirámide de valores en el gobierno de Dios donde existen criterios como el del menor de los dos males, donde, si bien hay similitud en el grado de los absolutos, no se considera moralmente culpable a una persona por hacer el mayor bien posible.

Ananías y Safira

Historia: En la iglesia primitiva, muchos creyentes vendían propiedades y donaban el dinero a la comunidad cristiana. Ananías y su esposa Safira vendieron un terreno, pero retuvieron parte del dinero y llevaron el resto a los apóstoles pretendiendo que era el total.

Mentira: No fue que no dieran todo, sino que fingieron dar todo, engañando deliberadamente a la comunidad y al Espíritu Santo.

Consecuencia: Pedro confrontó a Ananías, y al instante cayó muerto. Poco después, su esposa Safira también mintió de la misma manera y también murió inmediatamente.

  • Texto clave: Hechos 5:3-5 (NVI): Pedro le dijo: «Ananías, ¿cómo es que has dejado que Satanás llenara tu corazón para que le mintieras al Espíritu Santo y te quedaras con parte del dinero que recibiste por el terreno? (…) No has mentido a los hombres, sino a Dios». Al oír estas palabras, Ananías cayó muerto.  
  • Este relato subraya la seriedad con la que se consideraba la honestidad en la comunidad cristiana primitiva.
  • ¿Te interesa una lista de otros personajes bíblicos cuyas mentiras también trajeron consecuencias, aunque no murieran inmediatamente?

Conclusión

La fábula del lobo y el pastor mentiroso evidencia que cuando este hombre llamó a la comunidad en auxilio tres veces con engaño, la gente dejó de creer en sus palabras. La tercera vez que acudió al llamado, la gente, diferente, no respondió, y el lobo feroz atacó con toda su maldad. Es necesario decir la verdad en toda situación: familiar, laboral, académica, entre otras, porque por la verdad murió Cristo.

La verdad absoluta de Dios es fundamental, eterna y salvadora. No es relativa ni negociable. Como creyentes, estamos llamados a conocerla, vivirla y proclamarla con fidelidad.

Hay verdades morales, científicas, académicas, filosóficas y verdades eternas espirituales que son absolutas porque nunca cambian. Por eso, Cristo es la verdad que nunca cambia: «Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto» (Juan 14:6-7).  

Bibliografía:

  • Biblia Reina-Valera 1960.
  • Nueva Versión Internacional.
  • Geisler, N. y Brooks, R. (2003). Apologética: Principios y práctica. Editorial Patmos.
  • Keller, T. (2018). Sabiduría de Dios: Colosenses y Filemón. Editorial Vida.
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