La porción registrada en el capítulo uno del libro de Josué, nos anima a cobrar ánimo, a pesar de que nos estén ocurriendo cosas que puedan desanimarnos.
Sin dudas, hay situaciones humanas que nos entristecen, pero, a pesar de ellas, y sabiendo que el poder de Dios está listo para fortalecernos, debemos seguir adelante.
Esa fue la experiencia de Josué. Moisés había muerto y era muy difícil para él seguir adelante.
Probablemente, no sabía qué haría con el pueblo ni como podría llegar a ser tan respetado y honrado como lo fue Moisés. De seguro, la tristeza por su pérdida lo paralizaba.
Fue entonces cuando escuchó la voz de Dios decirle:
“Mi siervo Moisés ha muerto; ahora pues, levántate, cruza este Jordán, tú y todo este pueblo, a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel”.
¡Levantate a hacer lo que te he encomendado!
¡Y es así! A pesar de los inconvenientes de la vida, debemos levantarnos y seguir hacia delante, dejando a un lado las emociones, los temores, las tristezas.
Lo importante, en el Reino de Dios, es ser útil para nuestro Señor, a través de la ejecución de la encomienda que nos ha sido dada.
Cuando tenemos la actitud correcta, positiva, cuando buscamos agradarlo a Él, en todo, caminando en el debido proceso, estas palabras que Él le dijo a Josué deben ser un ancla en nuestro corazón:
“Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida. Así como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré ni te abandonaré.
Sé fuerte y valiente, porque tú darás a este pueblo posesión de la tierra que juré a sus padres que les daría.
Solamente sé fuerte y muy valiente; cuídate de cumplir toda la torah que Moisés mi siervo te mandó; no te desvíes de ella ni a la derecha ni a la izquierda, para que tengas éxito dondequiera que vayas.
Este libro de la torah no se apartará de tu boca, sino que ronronearás en él día y noche, para que cuides de hacer todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino y tendrás éxitob. ¿No te lo he ordenado yo? ¡Sé fuerte y valiente! No temas ni te acobardes, porque el Señor tu Dios estará contigo dondequiera que vayas”. Josué 1:5-9
Seamos fuertes y valientes en obedecer a nuestro Dios. Fuertes y valientes en cumplir sus mandamientos, en proclamar sus palabras, para adquirir seguridad interna y que así se muestre en lo externo, en todo tiempo. Fuertes y valientes en renunciar a la queja, en mirar las cosas como Él las ve y así hablarlas.
Esta es la manera en que tomaremos posesión de la tierra, cada día, y estaremos preparándonos para nuestro encuentro con el Señor.
El Soberano nos capacitó para caminar en su reposo, en su paz, sabiendo que Él es quien va delante, quitando todo obstáculo del camino.