
Por: Erika Oviedo (Periodista/Locutora)
“La ética es la práctica de reflexionar sobre lo que vamos a hacer y los motivos por los que vamos a hacerlo.” FERNANDO SAVATER
En la era digital, donde la información fluye constantemente a través de vastas redes y plataformas, hablar de ética y responsabilidad parecería una utopía. En momentos en que todo se dice, se han democratizado los medios digitales y la mayor parte de los comentarios provienen de granjas de bots, ambos términos siguen teniendo un papel crucial en la configuración de la sociedad y el comportamiento humano. A medida que nos adentramos en un mundo cada vez más interconectado, se hace imperativo reflexionar sobre cómo nuestros actos digitales impactan en los demás y en el mundo que compartimos.
La ética en esta era digital y de información abarca una amplia gama de temas, desde la privacidad y la seguridad de los datos hasta el uso responsable de la tecnología y la inteligencia artificial. Uno de los principales desafíos éticos que enfrentamos es la gestión de la privacidad en un mundo donde la información personal se recopila y se comparte a una velocidad vertiginosa. Es fundamental establecer límites claros sobre cómo se recopila, almacena y utiliza la información personal, así como garantizar que se proteja de manera adecuada contra el acceso no autorizado.
Además, la responsabilidad juega un papel fundamental en la era digital, ya que cada acción que tomamos en línea puede tener repercusiones significativas. Desde el simple acto de compartir información hasta la participación en discursos de odio o la difusión de noticias falsas, nuestras acciones digitales tienen el poder de influir en el mundo que nos rodea y, sobre todo, en las personas. Por lo tanto, es importante tener presente que somos responsables de lo que compartimos y esencial que consideremos cómo estas contribuyen, o no, al bienestar de la sociedad.
La ética y la responsabilidad también son fundamentales en el desarrollo y la implementación de tecnologías emergentes, como la inteligencia artificial y el aprendizaje automático. A medida que estas tecnologías continúan avanzando, es crucial asegurarse de que se utilicen de manera ética y responsable, evitando sesgos y discriminación injusta. Además, debemos considerar cómo estas tecnologías afectarán el empleo y la privacidad en el futuro, y tomar medidas proactivas para abordar cualquier impacto negativo potencial.
En última instancia, ambos aspectos no son solo responsabilidades individuales, sino también colectivos. Como sociedad, debemos trabajar juntos para establecer estándares éticos claros y promover prácticas responsables en todas nuestras interacciones digitales. Esto requiere una colaboración entre gobiernos, empresas, organizaciones y ciudadanos para garantizar que la tecnología se utilice para el beneficio de todos.
