Inicio Destacados Baja 70% nuevos ingresos de estudiantes a universidades

Baja 70% nuevos ingresos de estudiantes a universidades

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La pandemia del Covid-19 encontró la manera de sa­car a profesores y estu­diantes de las aulas pre­senciales universitarias. Ahora comienza a dejar también fuera a algunos de la docencia virtual, im­plementada para evitar contagios por el virus que ha cambiado de manera radical el sistema educati­vo a escala planetaria.

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El cierre de secciones debido a la baja matricula­ción de estudiantes, la in­capacidad de manejar las plataformas digitales di­señadas para garantizar la educación a distancia y el hartazgo por la nueva me­todología para impartir clases, ponen en evidencia el declive que se observa en la educación superior en el país.

Patricia Arache, con sie­te años como docente en una universidad privada, considera que el efecto del nuevo coronavirus en la educación superior ha si­do devastador. “Por prime­ra vez no tengo inscritos en las tres materias que im­parto, soy docente pasiva”, dice sobre esta preocupan­te realidad que ha alejado a cientos de estudiantes de las aulas universitarias, lo que termina afectando tam­bién a los educadores por el cierre y fusión de secciones.

Las asignaturas de la educadora solían tener 30, 45 y hasta 50 estudiantes inscritos de la carrera de Comunicación Social, don­de otros docentes también han sido afectados por el cierre de secciones debido a las bajas matriculaciones y reinscripciones.

Otro docente de una uni­versidad privada que rehu­só identificarse perdió una de sus cuatro secciones, pe­ro como ha visto “las barbas de sus colegas arder” con más intensidad, estima que si esto sigue así la pandemia dejará a muchos maestros sin trabajo.

“Uno gana un mísero sueldo y que ahora le quiten secciones así por así es un abuso”, dijo el catedrático universitario, quien depen­de únicamente de una pen­sión y de los ingresos por impartir docencia en la aca­demia privada.

La baja matriculación de estudiantes afecta con ma­yor crudeza a universida­des con estudiantes de clase media y media baja.

En esas universidades los profesores se quejan por la sobrecarga de estudiantes en sus secciones y, además, porque tienen que cubrir to­dos los gastos en el pago del internet, energía eléctrica y otros recursos necesarios para la docencia virtual.

Las deficiencias en el su­ministro de estos servicios y recurrir con regularidad a un paquetico de datos para encarar la docencia online, afecta tanto a profesores co­mo a estudiantes.

Los educadores tienen menos ingresos también porque la mayoría de las asignaturas prácticas han sido postergadas en los pla­nes de estudios.