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Condenado A Muerte En U.S.A: Solo La Fe Y La Gracia De Dios Permitieron Que Se Demostrara Su Inocencia

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Condenado a pena de muerte por un crimen que no cometió, Mario Flores descubrió la mano de Dios guiando su corazón y el de muchas personas que, unidas, lograron no sólo el indulto para el sentenciado, sino su liberación y la de 170 hombres en su misma condición.

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Desde hace tres años, Mario Flores da su testimonio en distintos escenarios y el pasado sábado 04 de mayo visitó Ciudad Juárez invitado por la Fundación del Empresariado Chihuahuense. Entrevistado por Ana María Ibarra para periódico Presencia Digital de la diócesis de Ciudad Juárez, Mario comparte una historia impactante de fe, de unión familiar y en la que se manifiesta con fuerza la gracia de Dios.

Nacido en la Ciudad de México, a los siete años Mario fue llevado por sus padres a Estados Unidos en busca de una mejor vida, instalándose como residentes legales en la Ciudad de Chicago, Illinois, donde nació su hermana menor.

En un barrio de esa ciudad, Mario creció viendo a sus amigos integrarse a las pandillas más peligrosas, mientras que él destacaba como clavadista, siendo seleccionado para los juegos olímpicos.Con el indulto y la libertad de los primeros trece reos, dice Mario, la mano de Dios comenzó a actuar, pues al salir, formaron un movimiento para hacer visible que había 167 condenados a muerte, también inocentes, entre ellos Mario. “Al salir, agradecidos y empáticos con los que quedamos adentro, empezaron a tocar el corazón de otras personas: jueces, fiscales, abogados”, señala el entrevistado.  

La cruzada conmovió a periodistas e investigadores, que descubrieron grandes injusticias en el interior del penal. Aunado a esto, Mario se convirtió en un pintor reconocido en España, por lo que los gobiernos español y mexicano comenzaron a presionar al gobierno estadounidense.   “En la última hora, del ultimo día, llegó el indulto, cuando todos los recursos se habían agotado. Después de la lucha de mis padres, las súplicas de mi madre, mi comportamiento en prisión, mis logros, mis cuadros, de cartas de mucha gente solidaria, el gobierno decidió revisar mi caso”.  

La fecha de la ejecución de Mario estaba programada para el 16 de marzo 1997. Al ser revisado su caso, el entonces gobernador de Chicago, George Ryan, se compadeció y el 4 de septiembre del 2004, Mario salió libre. 

“No traté de cambiar al mundo, busqué cambiar yo. En momentos de tribulación, hay que buscar paz y tranquilidad en Dios, y encontrar esa fortaleza. Debemos ser cristianos dignos de admirar, de ir cambiando el entorno con un buen ejemplo. Aplica lo que ya tienes en tu doctrina, manifiéstala, practícala y se una luz que brilla”, motivó al cierre.

Fuente: Fuerza Latina Cristiana