
Por Alexis Rodríguez
Tratando de buscar algún acontecimiento bíblico que pudiera parecerse al de la tragedia del Jet Set, ocurrida la madrugada del martes 8 de abril del 2025, con el objetivo de poder reafirmar la soberanía de Dios por encima de situaciones adversas como esta, me acordé de Job 1:13-22.
En ese pasaje bíblico nos habla de que en un solo día el patriarca Job (un hombre intachable, recto, temeroso de Dios y apartado del mal) lo perdió todo, incluyendo todos sus hijos.
Un mensajero escapó de la tragedia para darle la funesta noticia:»Todos sus hijos estaban celebrando una fiesta en casa de su hijo mayor. De repente, vino un fuerte viento del desierto y derribó la casa. ¡Todos sus hijos murieron aplastados! ¡Solo yo pude escapar para darle la noticia!» En cuanto Job oyó esto, se puso de pie y rompió su ropa en señal de dolor; luego se rasuró la cabeza y se inclinó hasta el suelo para adorar a Dios. Y dijo: «Nada he traído a este mundo, y nada me voy a llevar. ¡Bendigo a Dios cuando da! ¡Bendigo a Dios cuando quita!» Y a pesar de todo lo que le había sucedido, Job no ofendió a Dios ni le echó la culpa.
La vida es un regalo de Dios, es efímera, pasajera, es como neblina que aparece por un poco de tiempo y luego se desvanece, se nos va en un abrir y cerrar de ojos; por tanto debemos valorarla y procurar vivirla cumpliendo con el propósito eterno de nuestro Creador, para cuando nos toque partir de esta tierra.
República Dominicana es una Nación Bendecida por Dios, es una tierra bendita, y está consignado en la Constitucional Nacional como el único país que exhibe una biblia abierta en sus símbolos patrios con el verso bíblico de Juan 8:32 que dice: y conocereis la verdad y la verdad os hará libre. Con su lema: Dios, Patria y Libertad. La mayoría de los dominicamos creemos, tememos, reverenciamos, honramos y amamos a Dios.
El enemigo, llamado diablo o satanás, odia a la República Dominicana y constantemente insiste en provocar cosas para hacer que neguemos nuestra fe en Dios. Ha intentado, de manera directa e indirecta de sacar el escudo de la bandera nacional (porque tiene La Biblia), ha intentado de introducir creencias extrañas para desviar nueatra fe en Dios, ha intentado introducir proyectos de leyes que no glorifican a Dios; pero NO HA PODIDO NI PODRÁ, porque mientras más lo intenta más aumenta nuestra fe, más crece nuestro amor hacia Dios, y más se fortalece nuestro temor reverente al Todopoderoso Dios.
Nuestra actitud, como pueblo de Dios, como Nación de Dios, debe ser similar a la asumida por el patriarca Job, ponernos de pies, romper nuestras vestiduras en señal de dolor, rasurar nuestras cabezas e inclinarnos hasta el suelo para adorar a Dios y proclamar a una sola voz: Nada hemos traído a este mundo y nada nos vamos a llevar. Bendecimos a Dios cuando nos da. Bendecimos a Dios cuando nos quita.
A pesar de todo lo que ha sucedido, por más triste y doloroso que sea NO OFENDAMOS A DIOS, NI LE ECHEMOS LA CULPA; porque como luego le ocurrió a Job, DIOS NOS RESTIRUIRÁ TODO LO QUE EL ENEMIGO NOS HA QUITADO. (Job 42:10-17)
