DANIEL NOVA.
El Festival Palau ha terminado en el escenario, dejándonos convencidos de una nueva marca, un antes y un después en este tipo de eventos cristianos. Uno de esos eventos que deja mucho aprendizaje.
-Atipico y desafiante, basado en música y montaje fuera de serie, para con ello, en fino papel traer el mensaje de salvación..más allá de que la propia música y todo cuanto se expuso, era bien cargada de evangelio…
-Los organizadores no eran jefes privilegiados, sino servidores a tiempo completo, hasta el final, enfocados en su misión, evitando protagonismo…
Todo luce indicar que el propósito estaba muy claro y aclarado para los artistas y participantes, estaban notoriamente alineados con la causa.
-El mensaje, con propósito claro y evangelistico, sin bobadas, sin innecesario aparataje y sin ésa glorificación personal… evangelistico!
Escenario, sonido, luces, recursos técnicos, participantes, de primera!
La participación inusual de un DJ, además de novedoso, resultó de gran animación evangélica. Algunas de las canciones de base eran clásicos hasta pentecostales.
El público lo gozó. Habrá que ver como crece ésa tendencia, con posibles pros/contras …
La conducción de Kike Pavón, muy fresca, con alguna intervención de Eva Piccini. Ella salvó por cierto la cara del talento comunicacional local, que casi brilla por su ausencia.
El Festival Palau desafío, no sé si consciente, un espacio monstruoso como el Faro a Colón, con sus complejidades.
Por otro lado, la juventud evangélica, hermosa y valiente, disfrutó de un ambiente sano, alegre, muy divertido, pero que los involucró a ellos mismos en el trabajo evangelistico, ej.: mis propias hijas, nuestra congregación CCRI, donde se alquilaron más autobuses, trayendo con ellos una gran cosecha. Gloria a Dios!
Los accesos a ciertas zonas fueron estrictamente restringidos, con sus propias razones, aunque causó ciertas ronchas. Al final, más allá de tomar algunas fotos y hacer algunos reportajes, nada fue mejor que con el gentío para disfrutar el evento…
El Festival Palau fue mucho más que un concierto, fue largo tiempo de esfuerzo, oración y coordinación.
Fue trabajo social, comunitario, en cárceles, iglesias, en la ciudad. Fue una gran inversión.
Me pregunto:
Como Iglesia, hicimos lo suficiente para apoyar y aprovechar este magno evento?
Nos queda aprender, incluso de cualquier error que se pueda haber cometido. Por lo demás, hay muchas bendiciones que nos quedan de éste singular evento Festival Palau Santo Domingo 2025.
Gracias Festival Palau! Gracias Costa del Faro, Santo Domingo Este.
Gloria al Eterno!!
