Inicio EvidenCristianas Porque tu esposo es tu Hacedor / Marlene Lluberes

Porque tu esposo es tu Hacedor / Marlene Lluberes

PUBLICIDAD

Muchas veces, podemos experimentar tristeza, desánimo, desmotivación, pero, a pesar de sentirnos así, no podemos olvidar que nuestro Dios sabe lo que estamos viviendo. Nada se escapa de su control.

Es por esto que tiene una Palabra de consuelo y fortaleza, para levantarnos y sacarnos de toda condición que nos hace mal.

Hoy, en la porción que describimos, vemos como se hace un contraste entre la manera en que estábamos, cuando no habíamos pasado a formar parte del pueblo y lo que Él, sin nosotros merecerlo, hizo por nosotros.

Esto trae una esperanza sinigual: aun enfrentando problemas, tanto internos como externos, no podemos olvidarnos que nuestro Dios es fiel y sin nos hizo nuevas criaturas, para servirle y adorarle, si nos regaló lo más importante que es la vida eterna, ¿cómo no nos ayudará en nuestro caminar efímero, en esta tierra?

Lejos de ÉL, estuvimos por mucho tiempo, pero, la promesa nos persiguió y nos alcanzó, porque cada palabra que Dios ha dicho acerca de nosotros va a cumplirse, aunque no se perciba ni el asomo de ello, nuestro Señor hará lo que ha dicho.

Por eso, estamos aquí, arrepentidos y cumpliendo el debido proceso.

De igual manera, nuestras familias, que hoy están lejos, tienen una hermosa posibilidad de ser injertadas dentro del pueblo. Por eso no cesemos de interceder a su favor, estemos viendo lo que estemos viendo. Dios ha sido fiel y siempre lo será.

Isaías 54, en los versos del 1 al 10, nos muestra el gran alcance de la solidaridad de nuestro Dios para con nostros, y nos ratifica su amor incondicional. Les transcribo algunos de los versos:

 No temas, pues no serás avergonzada; ni te sientas humillada, pues no serás agraviada; sino que te olvidarás de la vergüenza de tu juventud y del oprobio de tu viudez no te acordarás más.

Porque tu esposo es tu Hacedor, Adonay Tzva’ot es su nombre; y tu Redentor es el Santo de Israel, que se llama Elohim de toda la tierra.

Porque los montes serán quitados y las colinas temblarán, pero mi misericordia no se apartará de ti, y el pacto de mi paz no será quebrantado, dice el Señor, que tiene compasión de ti.

Oh afligida, azotada por la tempestad, sin consuelo, he aquí, yo asentaré tus piedras en antimonio, y tus cimientos en zafirosd.

Haré tus almenas de rubíes, tus puertas de cristal y todo tu muro de piedras preciosas.

Todos tus hijos serán enseñados por el Señory grande será el bienestar de tus hijos.

En justicia serás establecida. Estarás lejos de la opresión, pues no temerás, y del terror, pues no se acercará a ti.

Si alguno te ataca ferozmente, no será de mi parte.

Cualquiera que te ataque, por causa de ti caerá”.

¡Qué hermosas palabras de restauración y fructificación!

Independientemente de lo que atravesábamos, Su amor estaba listo para alcanzarnos.

Confiemos en que, a pesar de los problemas, el alcance de su misericordia, es inimaginable.

En Yeshúa podemos permanecer seguros.

Recordemos, en todo tiempo, que, si Él se entregó por nosotros, en Él nos dará también todo lo que necesitamos, para que alcancemos la meta que ha puesto delante nuestro.

PUBLICIDAD