
Telésforo Isaac
Llamamos “literatura apocalíptica” a las narraciones terroríficas de lo que ha pasado, o se presume, que pasarán en espacio y tiempo en este del convulsionado mundo. Esto es un conjunto de expresiones expresadas o escritas, surgidas de la cultura hebrea y cristiana, y que algunos difunden como ineludibles, y seguros sucesos que acontecen o ocurrirán en periódicos que vendrán.
Actualmente, en la Tierra se desenlacen una serie de acontecimientos catastróficas que hacen conceptuar que Cristo viene ya o es el final de la historia. Algunos profetizan o pronostican, y otros aseguran que sucederán inusuales casos calamitosos al final del tiempo, aludiendo a las ocurrencias que suceden en este momento. En la Biblia, Daniel en el Antiguo Testamento y Apocalipsis en el Nuevo Testamento, son los más claros ejemplos de este tipo de literatura.
Siempre abundan las profecías, especulaciones y preguntas, de cuándo vendrá Jesús de nuevo a la tierra, y/o cuando se acabará el mundo. Los apóstoles le preguntaron a Jesús acerca de este tema, y el Maestro Nazareno, respondió lo siguiente: “De cierto os digo que no pasará esta generación hasta que todas estas cosas acontecen (la destrucción del templo) en Jerusalén, y la venida del Mesías. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras (de Jesús) no pasarán. Pero del día y la hora nadie sabe, no aun los ángeles de los cielos, sino solo mi Padre (Dios)”. (Mateo 24:26).
Las incertidumbres, conjeturas, sospechas e inquietantes acontecimientos, son evidentes señales del cambio de una época o del final del mundo; pues, esto es así, por lo que vemos pasando en todas las sociedades: y naciones: conflictos personales, malestares grupales, confusiones en comunidades religiosas, desobediencias a las autoridades eclesiásticas y gubernamentales, guerras entre naciones, desenlace de antiguos nudos de mafiosos en instituciones religiosas, inclusive en las estructuras más impenetrables.
Una de las indicaciones más relevante de problemas desastrosas, es en las estructuras milenarias de la religión cristiana. Tal vez sea porque la religión cristiana se ha madurado, y ahora se concibe, que ha comenzado a decaer como movimiento e institución, esa fe cultica que surgió en la órbita del Mar Mediterráneo y el norte de África, después de la muerta de Jesús de Nazaret (30 dC).
Esta confesión religión, fue aceptada, impuesta y promulgada como como oficial en el año 313 en el Edicto de Milán por el emperador Constantino; es de la más numerosa y divulgada a pesar de sus múltiples divisiones, reformas, desviaciones dogmáticas, modos litúrgicos, tendencias espirituales, énfasis culticos, devociones particulares. Se desarrolló de manera extraordinaria a través de 2000 años, y ha tenido preponderante papel de influencia moral, espiritual, filantrópica, ideológica, educativa, moralizante, dominio económico, y mucho más, en todo el mundo habitado.
El cristianismo es hoy, la religión más numerosa del mundo, con aproximado 2400 millones de fieles presentes en diferentes países, culturas y etnicidades, con alrededor de 4200 subdivisiones en iglesias y comunidades autónomos. Esto puede ser considerable admirable, pero el Profeta de Nazaret tiene otro concepto, vea Mateo: 24ss.
Como sucede naturalmente con todo lo que existe en el en el globo terráqueo, todos tienen las mismas características de las frutas, los árboles y bosques, los animales de todas las especies, incluyendo los seres humanos, los pueblos, las instituciones, las comunidades cívicas, las naciones, los partidos políticos, los imperios.
Conforme a las reglas de la naturaleza, parece que ha llegado el tiempo apocalíptico de la transformación visible del movimiento cristiano; es así porque, como todo en el mundo: nace, crece, se madura y desaparece o muere. Lo que esta pasando en contados lugares con los cristianos, puede ser el caso, aunque Dios siempre será Dios, Jesucristo la Palabra Divina no pasará, y el Espíritu Santo estará presente, con poder para santificar a los fieles creyentes.
