Hay un lugar en España llamado Palencia, es una capital que está en medio de una gran llanura, en Tierra de Campos, bañada por las aguas del río Carrión, y la historia nos cuenta que, las tropas inglesas del duque de Lancaster llegaron con intención de saquear Palencia, y si hoy existe esta ciudad, es porque hace unos 700 años atrás, unas mujeres con una determinación a prueba de todo, la defendieron, porque casi todos los hombres habían muerto en batalla por defender esta ciudad.
Había hombres desaparecidos, descuartizados por los cañones y atravesados por las flechas de las poderosas ballestas o moribundos que estaban esperando que alguien los auxiliara; lo que ellos nunca pensaron fue, que aparecieran ellas, sus propias mujeres, esposas, hermanas, hijas y madres, para recoger sus seres amados caídos en combate y defender la ciudad que estaba devastada, todo esto ocurría en el pueblo de Palencia en el siglo XIV.
Y las mujeres la defendieron valerosamente, evitando que Lancaster sometiera Palencia. Y tras esta victoria que obtuvieron ellas, se les premió con la banda dorada de honor, que hasta entonces estaba reservada exclusivamente a los hombres, y hoy día perdura en el traje regional.
Esas mujeres, fueron mujeres de casta y resistencia sobrenatural, fueron un diamante especial; en ese momento en que su determinación fue defender su pueblo, familias, esposos y que algunos de hecho, habían perecido y otros estaban derrotados en el campo de batalla, nunca pensaron que sus mujeres se levantarían a luchar por ellos y su pueblo. Hoy en día, esta ciudad es un lugar donde aún reina la tranquilidad gracias a esas mujeres valientes.
Hoy en día se necesitamos mujeres como esas palentinas, que se levante a luchar por sus matrimonios, familia y su nación, y que entiendan que Dios les ha entregado autoridad, dones, talentos, valores y capacidades, no para guardarlas en las cuatro paredes de nuestro hogar o la congregación, sino, para salir a ser luz en medio de las tinieblas. La sociedad espera que nuestras voces y opiniones se escuchen en temas importantes de nuestra nación. Su palabra dice que, «Me prepara para la batalla y me da fuerza para tensar un arco de bronce.» Salmo 18:34 NBV
Debemos ser mujeres sabias en todo momento, entender que fuimos creadas para dar vida en todas las esferas de esta nación, como lo son la política, las comunicaciones, las artes, la educación y demás.
Debemos tener la convicción que Dios nos está uniendo con un propósito específico para levantar a la mujer dominicana, nuestras fortalezas basadas en la resistencia ante las adversidades que como mujeres hemos enfrentado en el transcurso de nuestras vidas, nos han entrenado para soportar sobre nuestras espaldas esta gran responsabilidad que ha sido depositada en cada una de nosotras. «Él me llena de fortaleza y me protege por dondequiera que voy.» Salmo 18:32 NBV
Seamos el ejército de mujeres que se dispone a defender las murallas de esta nación y las familias. Preparemos nuestras rodillas, manos, aceite y que nuestra boca se convierta en arco y nuestras palabras en flechas para destruir todo dardo que ha sido enviado por el enemigo, entremos en acción, Dios está de nuestro lado y va delante de nosotras como poderoso gigante.
Mujeres veremos en todo momento al que aguarda la ciudad de nuestro lado, él va a superar con creces nuestras victorias, la historia cambiará y la gloria de Dios se manifestará en medio de nosotras y de nuestras familias, seamos esas mujeres valientes y con una “Determinación a Prueba de Todo”.
Salmo 121:3 No dará tu pie al resbaladero, Ni se dormirá el que te guarda. (RVR)
Sabemos que la inteligencia es superior a la fuerza y que, si la usamos debidamente podemos lograr todo lo que Dios ha prometido.
