Inicio EvidenCristianas ¿Quieres permanecer en gozo? ¡Ora!

¿Quieres permanecer en gozo? ¡Ora!

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Marlene LLuberes

Hemos sido escogidos y, como tales, llamados a ser distinguidos.

Es por esto que, en todo momento, debemos sostener  el gozo de la salvación, ya que es una de las muestras más claras de que somos diferentes.

Cuando menguamos la oración, el gozo se nos escapa constantemente.

Es fácil que la  cotidianidad nos envuelva, o que la falta de entendimiento, acerca de  la importancia de permanecer en intimidad con Dios nos detenga.

Si esto sucede,  la carne llega a gobernarnos y nos desanimamos, nos entristecemos, porque esta nunca va a estar feliz, cuando suceden cosas que no la alegran.

La carne tampoco nos va a guiar a orar y, sin oración, es imposible someternos a la soberanía de Dios, que es la que nos lleva a rendir nuestra voluntad a la de Él, para lograr mantenernos en gozo.

Debemos estar claros en que la oración no cambia los planes de Dios, para que al concedernos lo que buscamos tengamos  gozo, pero, es orando donde nuestras emociones se sujetan, para que no seamos arrastrados a la inconformidad, que nos lleva a la amargura, a la queja…

La  oración es la fuente del gozo, es un medio de fortaleza, de guianza, de rendición, siempre que esté sujeta a la soberanía de Dios.

Él puede quitar el sufrimiento o dejarlo; si no lo quita, siempre nos va a dar Su favor, Su solidaridad, Su gracia, para que Su poder se perfeccione en la debilidad.

Dios sabe lo que hace y como lo hace, en aras de establecer el Reino de los cielos en la tierra.

Si estamos en el debido proceso, conoceremos Su voluntad y Su voluntad vamos a orar.

El Salmo 37, verso 4, nos dice: Pon asimismo tu delicia en Adonay, y Él te dará las peticiones de tu corazón.

Cuando no exista nada por encima de Dios, cuando evitemos hacer lo que le desagrada, entonces nuestros deseos serán los suyos y Él nos concederá los nuestros.

Es la única manera de  mantenernos en gozo, a pesar de las circunstancias, porque la presencia de Dios cubrirá todo nuestro ser interior,  tendremos conciencia de esa presencia y de su amor por nosotros y podremos estar satisfechos, plenos, en medio de cualquier situación.

Hagamos realidad la instrucción  dada por el apóstol Pablo a los filipenses: Gozaos en el Señor siempre, otra vez les digo que se gocen.