Referentes escriturales nos muestran que es posible ser íntegros, aún ocupando posiciones rodeadas de maldad, injusticias y corrupción. Tenemos evidencias de hombres y mujeres que nunca negociaron sus principios, siendo perseguidos y amenazados de muerte; vemos a José en el imperio egipcio, a Daniel, en el babilónico…
Ejercían funciones de Estado, alzando su voz con la verdad y radicalidad; nunca torcieron su proceder.
¡ESO DESEAMOS PARA LA REPÚBLICA DOMINICANA!
¡Soñamos, anhelamos, este carácter inconmovible en nuestros congresistas! Diputados y Senadores que legislen en el debido proceso, con la verdad y en integridad. Probos, decididos a que el mal no permee las normativas que rigen las relaciones de los ciudadanos.
Si queremos ver una República Dominicana prosperar y a sus ciudadanos avanzar, hagamos lo necesario para que no se violenten los preceptos que han venido del cielo.
Ciudadanos: ¡Elijamos con sabiduría nuestros representantes en el Congreso!
Cuando vayamos a las urnas, estemos seguros de que elegiremos a quienes involucran a Dios en sus decisiones, candidatos que estén conscientes de que, por encima de ellos, está Él, por lo tanto, se esforzarán en cumplir el papel que deben representar en el Congreso Nacional; sabiendo que no serán avergonzados y de que, solo así, nuestra nación permanecerá segura y tranquila.