Marlene Lluberes
En el marco de la Cumbre Especial sobre el Desarrollo Sostenible realizada en la sede de las Naciones Unidas en el 2015, los 193 Estados miembros, entre los cuales está la República Dominicana, asumieron el compromiso de una nueva agenda orientada a un modelo de desarrollo, comprometido a la realización de acciones específicas, que, en su apariencia, parecieran muy buenas, pero que, al analizarlas, nos muestran que hay un claro accionar en
contra de los principios morales y escriturales.
Detrás de esta Agenda 2030 se esconde un intento de cambio de civilización, un nuevo orden mundial, que transforme las convicciones de las personas.
Nos estamos jugando el futuro de la humanidad.
¿Podemos impedirlo? ¡No!
¿Podemos hacer algo? ¡Sí!
No estaremos desapercibidos. La intimidad, a través de la oración, que nos activa el discernimiento, la predicación de la Palabra de Dios, gobernantes que lleven la Biblia a las escuelas e instituciones, son hechos indispensables para enfrentar este nuevo orden mundial. Se trata de una lucha cultural, que
permanecerá hasta el final de los tiempos, pero no estamos solos; Jesús nos ha dicho:”No los dejaré ni los desampararé”.
En tanto se establece el nuevo orden mundial, se afirma un remanente, fiel a los valores, a los principios morales y espirituales.
¡Seamos entendidos en los tiempos!