Por. Samantha Paz-Mañón
La salud mental del ser humano depende mucho de nuestra disposición a someternos a la voluntad de Dios (aun cuando a veces no la entendamos), de obedecer voluntariamente la Palabra de Dios en todas las cosas, y de nuestra confianza y fe en Dios aún en medio de situaciones que no tienen explicación humana. El deseo de control produce descontrol mental porque ningún ser humano puede controlar ni siquiera su propia vida, y cuando las circunstancias se lo confirman si no es humilde su salud mental es afectada.
La salud mental del ser humano no es un problema siquiátrico ni sicológico sino espiritual y a veces físico por alguna deficiencia o condición de salud. La rebelión consciente y voluntaria hacia Dios deteriora la salud mental.
“Como estimaron que no valía la pena tomar en cuenta el conocimiento de Dios, él a su vez los entregó a la depravación mental, para que hicieran lo que no debían hacer. Se han llenado de toda clase de injusticia, maldad, avaricia y depravación. Están repletos de envidia, homicidios, desacuerdos, engaño y malicia. Son chismosos, calumniadores, enemigos de Dios, insolentes, soberbios y arrogantes; se ingenian maldades; se rebelan contra sus padres; son insensatos, desleales, insensibles, despiadados. Saben bien que, según el justo decreto de Dios, quienes practican tales cosas merecen la muerte; sin embargo, no solo siguen practicándolas, sino que incluso aprueban a quienes las practican.” (Romanos 1:28-32 NVI)
Depravación: Acción y efecto d e depravar o depravarse. (Diccionario RAE)
Depravarse: Viciar, adulterar, pervertir, especialmente a al guien. (Diccionario RAE)
«Con la autoridad del Señor digo lo siguiente: ya no vivan como los que no conocen a Dios, porque ellos están irremediablemente confundidos. Tienen la mente llena de oscuridad; vagan lejos de la vida que Dios ofrece, porque cerraron la mente y endurecieron el corazón hacia él.» (Efesios 4:17-18 NTV)
La sicología y la siquiatría son ciencias sin fundamento bíblico que buscan sustituir a Dios y su Palabra con sus teorías humanas para enfrentar las diferentes situaciones que vivimos los seres humanos que son producto del pecado. Todo lo negativo que el mundo vive es producto del pecado. La vida que es controlada por el Espíritu Santo tiene paz independientemente de las circunstancias que se encuentre viviendo.
«La mente gobernada por la carne es muerte, mientras que la mente que proviene del Espíritu es vida y paz.» (Romanos 8:6 NVI)
«Sé lo que es vivir en la pobreza y lo que es vivir en la abundancia. He aprendido a vivir en todas y cada una de las circunstancias, tanto a quedar saciado como a pasar hambre, a tener de sobra como a sufrir escasez. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.» (Filipenses 4:12-13 NVI)
El pecado tiene dos tipos de consecuencias: temporales y eternas.
El mundo y los seres humanos vivimos las temporales en este mundo porque cuando Jesucristo vuelva nuevamente establecerá un nuevo reino sin pecado (Apocalipsis 21:1-4). Los que somos de Cristo pasaremos al gozo eterno y los que no son de Cristo al tormento eterno (consecuencia eterna del pecado y rebelión consciente hacia Dios).
No se engañen: de Dios nadie se burla. Cada uno cosecha lo que siembra. El que siembra para agradar a su carne, de esa misma carne cosechará destrucción; el que siembra para agradar al Espíritu, del Espíritu cosechará vida eterna. (Gálatas 6:7-8 NVI)
¿Quieres salud mental? No trates de buscarle la lógica a lo que no entiendes que aún Dios no permite que entiendas. Aprende a vivir de la manera de Dios lo establece en su Palabra, en el presente y procurando vivir en obediencia a su Palabra en cualquier circunstancia que te encuentres. Cada día trae su afán.
Busquen el reino de Dios por encima de todo lo demás y lleven una vida justa, y él les dará todo lo que necesiten. Así que no se preocupen por el mañana, porque el día de mañana traerá sus propias preocupaciones. Los problemas del día de hoy son suficientes por hoy. (Mateo 6:33-34 NTV)