Inicio EvidenCristianas Y el sonido que me gusta más es…

Y el sonido que me gusta más es…

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Tomás Rubio

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Hay niños y niñas con problemas de procesamiento sensorial y en lo que respecta al sonido pueden ser hipersensitivos o hiposensitivos. Los hipersensitivos son sensibles a ruidos fuertes, se cubren las orejas, pueden escuchar frecuencias que otras no oímos, se distraen fácil y no les gusta estar donde hay mucha gente. A los hiposensitivos les gusta hacer ruido y poner el volumen alto de tv o el radio, tienden a gritar, hacen ruidos con la boca y les atraen objetos que hacen ruido.

Obviamente, no a todos los hipersensitivos e hiposensitivos les sucede todo lo que hemos descrito.

Un mundo muy ruidoso

Lo que sí les ha tocado a todos estos niños y niñas es vivir en un mundo muy ruidoso donde hacemos mucho ruido, como si el ruido fuera la única forma de manifestar que existimos.

Aquí nos vamos a ocupar del ruido que producimos y de cómo podemos tomar consciencia del mismo, porque curiosamente nos rodea tanto ruido que, para escucharnos, lo que solemos hacemos es hacer más ruido. Si alguien nos grita, gritamos más. Es cosa de locos.

Jugar a los “Paisajes sonoros”…

Vaya por delante que el ruido está formado por sonidos. Finalmentenos agrade o no nos agrade un sonido, nos moleste o no nos moleste, todos los sonidos son vibraciones. Para decirlo de forma sencilla, llamamos ruido a todo sonido que no deseamos escuchar.

Nuestro cerebro puede diferenciar entre ruido y no ruido y enfocarse en los sonidos que deseamos escuchar. Aquí es donde hay niños y niñas que tienen problema, porque la entrada de estos sonidos no es registrada correctamente en su cerebro.

Entonces vamos a proporcionar a estos niños y niñas calma para escuchar y escucharse (porque el corazón y la respiración son algunos de nuestros sonidos)

Nos sentamos y tomamos consciencia de la respiración en el abdomen. Tomamos aire por la nariz y lo expulsamos por la boca. Para hacerlo más divertido podemos a acompañar la expiración con el sonido de vocales. Así haremos tres respiraciones completas.

Les decimos a los niños que vamos a cerrar los ojos porque buscamos el sonido que nos guste más. El juego lo podemos hacer en cualquier lugar: un parque, el malecón, en la casa, en una plaza, etc. De esta forma tendremos lo que llaman con un nombre muy lindo: Paisajes sonoros, que no es otra cosa que los sonidos que nos encontramos en un determinado lugar.

Podemos ir nombrando el sonido que escuchamos y a continuación imitarlo, no solo reproduciendo el sonido sino también el movimiento de quien lo produce. Si es el viento, moveremos los brazos de un lado a otro, por ejemplo. De esta forma se integran todos, ya sean niños y niñas verbales como preverbales. Lo que importa es tomar consciencia de los sonidos.

Finalmente podemos hacer un dibujo del paisaje sonoro que hemos escuchado, donde podemos incluir las personas, objetos o seres de la naturaleza que emiten los sonidos que hemos escuchado.

Es un juego divertido que nos ayudará a tomar conciencia de los ruidos y sonidos que nos rodean, de si podemos evitar alguno o disminuirlo. Además, habremos respirado y nos hemos concentrado un ratito. Y puede, como le sucedió a Anita, la protagonista de un cuento, que después de escuchar muchos sonidos y ruidos – nos quedemos con que el sonido que más nos gusta es el silencio.

Tomás Rubio

Equipo Lantana (Santo Domingo)

Un espacio de arte y bienestar.

809 434 1111 – 829 422 5360

En Lantana impartimos clases, individuales y grupales, para niños, adolescentes y jóvenes. Ofrecemos talleres para personas adultas, profesionales de la educación y terapeutas. Aportamos y compartimos recursos educativos desde las artes, la escritura creativa y el movimiento sanador; para contribuir a una sociedad más convivencial donde las personas se cuiden y cuiden a los otros. El equipo de Lantana está formado por la artista gráfica Bianka Reyes, el escritor Tomás Rubio y colaboradores.