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Duarte entre la verdad y la libertad

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FELIX CARABALLO

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El 27 de septiembre se celebra en la República Dominicana el Día Nacional de la Biblia, honrando uno de los libros más reproducidos y leídos de toda la historia de la humanidad. Esto nos pone a pensar en el padre de la patria, quien tenía tan presente la Biblia, no para llevarla como un libro más, sino como guía y fuente de consulta.

Duarte estudiaba la Biblia no solo por su condición de creyente en Dios, sino también como un pensador; sus ideales trascendieron en la práctica para fomentar los derechos y libertades que dieron origen a la República y con ello, a nuestra nacionalidad. Podemos afirmar que sus principios como hombre de fe contribuyeron para armarlo de energía, decisión y esperanza en su misión de libertad y progreso.
De todas las naciones del mundo, la nuestra es la única que tiene al centro del escudo una frase bíblica, que en nuestro caso es del Evangelio de Juan 8:32: «Y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres», aspecto que no estaba registrado en la Constitución del 1994, introducido por los redactores de la Constitución del 2010, en la que se estableció por primera vez que apareciera en el escudo nacional la frase del Evangelio de Juan.

Duarte encontró en la Sagradas Escrituras inspiración para su revolución, para la liberación de su pueblo, por lo que siempre será necesario fortalecer el pensamiento duartiano, seguir con la construcción del Estado social y democrático de derecho ante los «vientos desenfrenados» que apuestan al retroceso, a la pérdida de la identidad nacional, del desarrollo económico, social y de la esperanza de un país donde la libertad y la justicia social sean los pilares fundamentales.

Vivimos en una época posmoderna, en la que prevalece el relativismo y se afirma la ausencia de absolutos; en cierto modo es natural que la verdad se relegue a un segundo plano y la mentira se establezca como un estilo de vida.

Hay personas que buscan inspiración para llevar adelante sus temas de cambio en otras realidades. Duarte supo encontrar inspiración en sus propias raíces, en su interior y en la Biblia para realizar toda su obra.

En esta sociedad tan liberal en la que nos ha tocado vivir, tal como decía alguien: «La mentira se ha convertido en un atajo atractivo para lograr un objetivo y la verdad pasó a ser un valor en extinción». Pero hay que recordar que la verdad trasciende lo filosófico. La verdad, en el caso que nos compete, proviene de una persona: Jesucristo.

¡Qué decir de la libertad en todo el sentido de la palabra! Esa libertad que te libera de la ignorancia llevó a Duarte a sacrificar todo cuanto era necesario para trazar el camino de la inmortalidad de nuestra nación, que quedó sintetizado en el lema nacional.