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Iglesias abusivas y Pastores abusivos

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ROY SOTO

El abuso tiene muchas aristas…

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Leo: Ezequiel 34:2-8 describe bien al líder o pastor que abusa de su autoridad, como lo vemos en la versión Palabra de Dios para Todos (PDT).

“¡Oigan, pastores de Israel, que solo se han estado cuidando a sí mismos! ¿No se supone que los pastores cuidan el rebaño? ¡Ustedes se comen el queso, usan la lana y matan a las ovejas más gordas, pero no cuidan el rebaño! No fortalecen a la oveja débil, no cuidan de la enferma, ni curan a la que está herida. No van a traer a la que se descarría ni buscan a las perdidas, ¡sino que abusan de su autoridad y las dirigen con crueldad! Las han dispersado sin pastor, así que ellas se han convertido en presa de los animales salvajes. Mis ovejas andan descarriadas por los montes y colinas. Han sido dispersadas por toda la faz de la tierra, y nadie las ha ido a buscar”.

Estamos bien acostumbrados a escuchar noticias sobre el abuso físico, el abuso emocional, el abuso verbal e incluso el abuso sexual. Pero se ha escrito muy poco sobre una de las grandes enfermedades eclesiales de nuestro tiempo, a saber, el abuso espiritual. 

Con abuso espiritual me refiero al fenómeno extendido en el cual ciertas ‘autoridades espirituales’ se atreven a ocupar el lugar de Dios y se autoproclaman señores sobre el pueblo de Dios, manipulando y aplastando al rebaño en el proceso.

Es hasta irónico que tengamos que tratar estos temas, pero cada día más y más crecen los casos de abusos por parte de ciertos lideres pastorales y por ende sus estructuras.

Las consecuencias de permanecer en ese ambiente tóxico son nefastas: pérdida de identidad, de capacidad critico-analítica, desconexión social fuera del grupo, permanente abrumador sentimiento de culpa por pensarse fuera de la “voluntad divina” con todas las consecuencias derivadas: desconfirmación selectiva por los “ungidos”, retiro de privilegios, descalificación directa o indirecta, rechazo de los antaño “hermanos y hermanas” y aún en muchos casos, de la familia consanguínea. Miseria presente, castigo y fuego eterno futuro.

La forma en la que ejercemos el liderazgo

Detallemos:  El abuso tiene muchas aristas

  • Con abuso espiritual me refiero al fenómeno extendido en el cual ciertas ‘autoridades espirituales’ se atreven a ocupar el lugar de Dios y se autoproclaman señores sobre el pueblo de Dios, manipulando y aplastando al rebaño en el proceso.
  • Tristemente, muchos hermanos y hermanas tienen miedo a la hora de hablar en contra de tales peces gordos (por temor a denunciar a los ‘ungidos del Señor’ o por ser acusados de seguir al diablo) y por lo tanto, se ven obligados a soportar a esos tiranos religiosos. Y lo que es aún más triste es que hoy en día muchas personas creen que esta forma de ministerio es exigida por Dios (cuando nada podría estar más lejos de la verdad).
  • El Nuevo Testamento demuestra claramente que nadie en la Iglesia tiene derecho a enseñorearse de nadie (1 Pedro 5:3). Esta prohibición incluye liderazgo autoritario, demandas injustas que explotan a los demás, burlas, humillación pública, amenazas, manipulación emocional y explosiones de ira. ¿Acaso no fue Cristo quien enseñó que el ‘líder’ cristiano tenía que ser el siervo de todos (Mateo 20:26)?
  • Me pregunto: ¿quién habrá oído hablar de un siervo tratando a su amo como si fuera un trozo de carne? ¡Nadie! Entonces, ¿de dónde sacan esos abusadores su autoridad espiritual? ¿Cuándo les dio el Señor el derecho de aprovecharse de los creyentes comunes y corrientes? ¿Cómo es que esos opresores se creen dueños de una comunidad salvada por la pura gracia del Altísimo?
  • La Iglesia es llamada a ser un reflejo del Dios trino, es decir, una comunidad de amor y comunión. El Padre, el Hijo y el Espíritu se deleitan el uno en el otro. Un Dios tan gozoso y amoroso jamás estaría a favor de ningún tipo de dictadura eclesiástica porque cualquier tipo de liderazgo totalitario iría directamente en contra de la naturaleza comunitaria de Dios.
  • No hay nadie encima del pueblo del Señor. ¡Nadie! ¡Ni el predicador más ferviente ni el teólogo más instruido! ¡Sólo Dios! ¡Sólo Cristo! ¡Sólo el Espíritu! Todo esto quiere decir que, si el liderazgo no se lleva a cabo conforme al modelo de Cristo, es una abominación ante los ojos de Dios (independientemente de cuántos cientos o miles se congregan en aquella Iglesia).

¿Cómo son los ministerios que abusan espiritualmente? Bueno, si no haces lo que ellos te dicen, estás desobedeciendo a Jesús.
  • Si hablas positivamente de cualquier otro ministerio (que no sea el suyo), te escuchan con un silencio tenso. Si preguntas cualquier cosa incómoda (o ves algún asunto de forma diferente), te tachan de rebelde. Si no cumples todas las reglas eclesiales meticulosamente, te critican y los fans de los líderes te miran con desprecio y desaprobación. Si piensas por ti mismo o pides consejos a otra persona, estás pecando contra la autoridad del déspota. ¿Te suena familiar?
  • Espero que no.

Tal vez el rasgo más distintivo del tirano espiritual es que espera de las demás cosas que él (ella) no está dispuesto(a) a hacer. Todos –menos él o ella- tienen que cumplir las reglas y normas. Tales líderes no tienen autoridad ninguna.
  • Son peligrosos, perniciosos y hacen mucho daño a los corazones tiernos del pueblo de Dios. ¿Cuántos millones de hermanos nuestros estarán sufriendo en silencio a manos de tales dictadores hoy día?

Así que hoy te invito a orar por todos aquellos que han sufrido (o siguen sufriendo) abuso espiritual.
  • Prohibido cuestionar al ungido, En el discurso, también está el abuso de poder y de información. Se prohíbe que la gente tenga acceso a otra información. Los hacen estudiar en espacios conservadores donde se les dará la info que los pastores desean, se ignorarán otras perspectivas y puntos de vista. Luego, se prohíben espacios de diálogo, de estudio comunitario, y se enfatiza la predicación de una solo persona dirigiéndose a un grupo mucho más grande que solo oye. Esa dinámica es violenta, porque no se puede interrumpir, discrepar, discutir, abrirse a otras opiniones, sino que se focaliza en uno solo. El abuso pasa por el lado de imponer un punto de vista, censurar las opiniones de otros, hacer creer que el discurso dominante es único o el más santo y que los demás son demoniacos, y prohibir a la gente crecer en libertades, diversidad y posibilidades de tomar otros caminos.
  • Pleitesía, adulación, reverencias al ser humano,
  • Se exige llamarle por el titulo impuesto
  • Donde no se rinde cuentas
  • Discurso donde es prohibido mostrar debilidad, todo es evadir el dolor
  • Círculo íntimo, escuderos protegen
  • Autoritarismos, quien es el más importante en la iglesia
  • Se adora la figura
  • La iglesia tipo piramidal, donde el líder es gerente
  • Se abusa al gay o lesbiana a exigirles que cambien radicalmente, en un tiempo definido, cuando la chismosa sigue sirviendo
  • Todo hay que taparlo, Abusos a menores y a mujeres
  • Narcisismos, las personas no son personas, son números, que legitiman el éxito de una iglesia
  • Indudablemente el tema financiero…. Se explotan. Alguien me dijo. Me miraron como un cajero automático
  • Donde hablar de otro ministerio que hace las cosas bien es una falta grave.
  • Son egocéntricos. Solo piensan en sí mismos y su beneficio
  • No escuchan a otros ni se dejan aconsejar. Creen tener siempre la razón
  • Es liderazgo vertical … poder de dominio y no hay trabajo en equipo ni horizontalidad
  • No tienen alianzas estratégicas con otros ministerios… solo se escuchan a sí mismos
  • Tergiversan la sana doctrina para enseñar casi en forma de monotema aquellas enseñanzas que les favorecen sus objetivos
  • Un Pastor que se autodenomine el “UNGIDO DE DIOS”, y que en virtud de ello lo que él dice, decide, ordena, se debe acatar sin mayor dilación, ni discusión, porque aquí: “Yo soy el siervo de Dios” … Aún sus faltas no pueden ser juzgadas porque es el ungido.
  • Un Pastor que es inaccesible para sus ovejas. Nunca tiene tiempo, su agenda está muy saturada de diversos compromisos, y no le queda tiempo para atender a sus discípulos. Esto es abdicar de su llamado: Apacentar la grey del Señor. Hay pastores que ya no bautizan, no enseñan, no celebran matrimonios, han llegado a un nivel tan alto, que ya no huelen a oveja.
  • Pastores que siempre tienen una nueva revelación, una “nueva Palabra de Dios”, que gozan de títulos, o nomenclaturas apostólicas, proféticas, etc. Son susceptibles de generar sectas, doctrinas de error, manipulación por medio de sus “nuevas revelaciones…”
  • Pastores e Iglesias entregados al movimiento neopentecostal. Cargados de misticismo, manipularán y abusarán a la gente.
  • Dentro de esa corriente, Pastores vendidos al tema de la súper prosperidad, súper fe, declaración positiva, palabra de fe. Ellos abusarán a la gente con sus exageradas peticiones de dinero, prometiendo “prosperidades” que nunca llegan al donante.
  • La imposición de reglas de conducta dentro de la iglesia es también una forma de violentar. Una cosa es enseñar y hacer acuerdos, otro es imponerlos. La imposición suele tener formas: se da de una persona a un grupo que no se le permite ni discernir ni opinar, sino que se les pide «obediencia». La exaltación de quien da la orden es vital, mientras más alto esté él y más bajo el resto más posibilidades de abuso.
  • Hay perspectivas sociales y de género también. Suelen ser hombres que abusan espiritualmente sobre mujeres que han sido formadas para ser dependientes de un líder macho. No se trata de una razón «natural», sino cultura.
  • Luego, desde perspectivas psicológicas, se trata de manipuladores. Personas que contralan las emociones de la gente desde sus culpas y otros aspectos, y los llevan a proceder como ellos desean. Los despojan de su independencia emocional, los hacen dependientes de la aceptación del líder, y les enseñan a conducirse del mismo modo con otros (es piramidal en muchas iglesias).
  • Esto es abuso económico. Eclesialmente, las iglesias con cierto tipo de liderazgo verticalista e inaccesible a la gente facilitan este tipo de relación. Económicamente se trata de toda una visión del ministerio donde la gente trabaja muchas horas y dedica mucho de sus bienes, pero a eso se le llama «ministerio», «voluntariado», etc., y no se observa, por ejemplo, que esa gente es pobre, que no tiene para valerse por sí misma, pero se usa su mano de obra productiva para generar ganancias. Así, los pastores tienen sueldos altos, beneficios diversos, pero los ministros o voluntarios siguen en la pobreza o apenas reciben sueldos muy inferiores al resto.

Recomiendo leer, Johnson y Van Vonderen, autores del libro El sutil poder del abuso espiritual, ofrecen unas guías que permiten diferenciar entre lo que es abuso espiritual y lo que no.

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