![Lic. Samuel Reyes](https://evidenciasdigital.com/storage2/2021/05/Lic.-Samuel-Reyes-640x640.jpg)
El rico domina a los pobres, y el que toma prestado es esclavo del que presta. Proverbios 22:7.
Cuando era niño vi una avioneta que lanzaba unos papeles. Desde lejos no se veía qué era aquello que centelleaba con el sol a su caída hacia el suelo. Un grupo de niños llegó corriendo de lejos y hasta hubo uno que otro empujón y varias trompadas entre los que se acercaban al embrollo de papeles que se dispersaban por doquier por el viento. Los más revoltosos eran los que querían ver primero de qué se trataba lo que se promocionaba desde el cielo. ¡Eran volantes que arengaban la reelección del presidente Joaquín Balaguer!
Balaguer como gobernante ha sido imitado por los que le han sucedido en el Palacio Nacional debido a que por lo menos han acariciado sus afanes reeleccionistas. Sin embargo, el presidente nativo de Navarrete les gana la partida debido a que no fue dado a concertar préstamos. Sin ánimo de hacer apología a su régimen y antes de que los fariseos se desgarren los vestidos admito que ese gobierno era semidictatorial y corrupto, sin embargo, Balaguerbuscaba el balance de los ingresos y gastos del presupuesto nacional basándose en el ahorro interno.
Después de Balaguer cada año el presupuesto nacional y el PIB crecen por la inyección y dependencia de capitales foráneos. Los 22 años de gobierno de Balaguer sumaron una deuda total de US$958.3 millones, con un promedio de US$43.55 millones por año. En la era post Balaguer el promedio es de más de US$2,100.00 millones anualmente.
Un argumento que sostienen los defensores de los préstamos es que estos son necesarios para las obras públicas. Sin embargo, Balaguer tiene a su favor ellegado de grandes obras de infraestructura sin abusar de los préstamos.
Entonces es bastante razonable proponer un periodo de cuatro años de restricción de préstamos. En ese cuatrienio:
Y si al cabo de los 4 años sin préstamos todo resulta bien, probemos con ¡4 años más!
Estas medidas parecen quiméricas ante el modelopresidencial post balaguerista que abraza la corrupción que heredó y la ayuda a alimentarse como una solitaria entre las cifras de los préstamos, el presupuesto nacional y el PIB.
Tal vez sigo siendo tan iluso como cuando siendo niño pude tomar en mis manos uno de los panfletos del caudillo reformista y me puse a repetir el popular estribillo de la oposición: ¡Balaguer, muñequito de papel!