El cristiano vive en medio de una batalla espiritual de tal magnitud que muchas veces su vida luce como si aún no hubiese conocido a Cristo, a pesar de vivir continuamente deseando una vida que agrade al Señor. En su empeño por logralo, el creyente prueba múltiples caminos, todos los cuales terminan en fracaso o desaliento. Al principio, el cristiano subestima la intensidad de la lucha y, por consiguiente, hace intentos de obtener la victoria conforme a su propia sabiduría, no sabiendo que sus esfuerzos, aunque bien intencionados, están siendo hechos en la carne y, por tanto, carecen del poder para lograrlo.
En su nuevo libro, Por el poder del Espíritu, Núñez nos muestra bíblicamente cómo la mejor estrategia para lograr terminar bien es rindiendo nuestras vidas al Espíritu de Dios para que Él desarrolle el fruto del Espíritu en nosotros y así vivir bajo Su control. Esto explica por qué Cristo dijo: «Mi yugo es fácil y mi carga ligera”, que no parece ser la manera como la mayoría de los cristianos caracterizarían la vida cristiana».
En el primer capítulo titulado: Una vida de obediencia empoderada por Dios, el pastor afirma que «Dios nos regaló el fruto del Espíritu para poder relacionarnos vertical y horizontalmente. La realidad es que un cristiano: no puede amar a Dios sin el fruto del Espíritu; no puede tener una buena relación de ningún tipo en ausencia del fruto del Espíritu. De manera que, el cristiano sin el fruto del Espíritu luce más como un inconverso y quizás lo sea. El fruto del Espíritu habla de lo que somos y de quiénes somos.»
El libro se encuentra disponible en todas las plataformas digitales y en librerías de Latinoamérica.