Por Samuel Reyes Raposo
El año 1605 el gobernador de la colonia española de la isla de Santo Domingo cumplió unas órdenes históricamente desacertadas del monarca Felipe III de despoblar la zona noroeste. Esto se hizo con la finalidad de erradicar el contrabando del cuero del ganado y otros productos y además de las biblias protestantes. Esto último era considerado intolerable por la corona española. A consecuencia de esto el decadente imperio español tratando de impedir un mal menor causó uno mucho mayor y terminócediendo después el territorio despoblado a los franceses con todas sus riquezas. Note el lector que el contrabando de las biblias protestantes fue una de las razones para que se tomara la medida tan nefasta. La razón de que esto fuera tan importante es que las monarquías de aquel entonces estaban intrínsecamente vinculadas a la iglesia católica, pero esta yahabía sufrido el embate del protestantismo y había perdido influencias en grandes territorios de Europa en donde príncipes, reyes y naciones se independizaron de su soberanía. Decisiones como estas fueron políticas, económicas y religiosas. En España la religión estaba unida al Estado y no había libertad de cultos.
Al contrario, en los países y reinos protestantes, en los cuales no había un papa o cabeza como autoridad de la iglesia, los lideres no imponían sus dictámenes a los gobernantes. Los gobernantes actuaban casi autónomamente y ejercían la autoridad de su puesto mientras brindaban su protección para que las nuevas confesiones cristianas pudieran existir. Así sucedió por ejemplo en Alemania y Suiza. La religión, aunque era muy influyente en el estilo de vida del ciudadano no ejercía poder absoluto sobre el Estado.
En Inglaterra se dio lo contrario, el Estado se impuso a la religión con una reforma de conveniencia personal que llevóal rey Enrique VIII a separar a Inglaterra de la Iglesia católica y a ser la cabeza del reino y de la iglesia. Tampoco allí se dio la separación entre la iglesia y el Estado. Los atropellos y desmanes cometidos a lo largo de los siglos por este modelo nos permiten juzgarlo como perjudicial a la buena marcha de la nación y a la conciencia de sus ciudadanos. Hubo supremacía del Estado sobre la Iglesia y hasta hoy se mantiene que la monarquía es la cabeza del Estado y de la Iglesia, que es la Anglicana. La jerarquía de esta iglesia fue aniquilada por mucho tiempo por el Estado.No había libertad de cultos.
Debido a las guerras y persecuciones que se sucedieron en Europa en épocas de grandes convulsiones hubo grupos de confesantes del protestantismo, del catolicismo y de gente común no necesariamente devotos de la religión de las diferentes naciones que llegaron hasta Norteamérica en una oleada continua migratoria.
Cuando los fundadores de Estados Unidos, que en el 1776 decidieron salir de la opresión de la monarquía inglesa, especialmente en reacción a la forma autoritaria del gobierno de Inglaterra establecieron la separación del Estado y de la Iglesia su temor no era el que la religión les conculcara sus derechos, sino que el Estado les impidiera ejercer su religión con libertad, entrometiéndose en sus asuntos de conciencia. Así se estableció este caso de separación entre Iglesia y Estado. Cuando alguien se refiere a este tipo de relación entre el Estado y la Iglesia debe tener muy presente esta diferencia. Se equivocan los que invocan este principio al revés tanto allá en el territorio de los norteamericanos como aquí, porque la lectura no es comprensible a la luz de la realidad histórica, ese leer es como dar una lectura a un texto en inglés con las reglas de la gramática en español. Es torpe e impreciso. El devenir histórico es al revés porque no resulta lo mismo si se lee de otro modo. Así fue y punto. En Estados Unidos se procuró que hubiera libertad de cultos, lo que fue propiciado por la propia esfera religiosa en un mosaico de confesiones de fe.
Citando de nuevo puntualmente nuestra historia, cuando en el 1844 la historia señala a un puñado de hombres criollos, humillados, vendidos por la Madre Patria al mejor postor y luego abandonados a su suerte y luego, bajo la opresión de los que ahora habitaban los territorios despoblados la fuente de inspiración para su lucha no fue otra que la biblia. iVayaparadoja de la vida!
Entendiendo esto entonces, debemos darnos cuenta que se les debe poner muy en claro a los académicos inflados que contaminan la mente a nuestra juventud universitaria con sus ideas en muchos casos seudocientíficas como la ideología de género, entre ellos muchos con títulos europeos y norteamericanos de instituciones universitarias en decadencia, que debieron llegar aquí a este terruño como regresó Juan Pablo Duarte de allende esos mares, imbuido de un sentimiento de apego a su nacionalidad y sintiéndose como el que es y será, el más grande dominicano, quien a la nueva nación no deseó junto a sus discípulos -hombres y mujeres de lo mejor de esta tierra -sino poner en el centro los ideales que estaban en su alma, en su mente en todo su ser: Poner en el centro de la bandera la biblia abierta en un versículo que no es católico, ni protestante, ni pertenece a ninguna de sus facciones porque es el mismo en todas las versiones: “Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”. Juan 8:32.