
1. Abrir las puertas a la alegría. Es posible que estas Navidades no podamos reunirnos con amigos y familiares, provocando cierta nostalgia y tristeza ante esta situación excepcional. Es importante poder hablar de ello con los más pequeños, permitirnos expresar las emociones que sintamos y buscar el lado positivo, aun y las circunstancias del momento.
2. Valorar el tiempo en familia como un tesoro. La Navidad nos regala uno de los más preciados tesoros: poder pasar más tiempo en familia. Es una buena idea planificar con los más pequeños aquellas actividades que nuestro día a día no nos permite, como montar sesiones de cine, crear una cabaña casera para leer juntos maravillosos cuentos o cocinar deliciosas recetas. ¡Al final de este artículo te dejamos un audiolibro infantil chulísimo extraído de nuestro programa Inspira!
3. Dejar las prisas a un lado. Los días festivos nos permiten olvidarnos de las alarmas, de las prisas y de los momentos en los que el estrés es protagonista. Estos días son un gran momento para recuperar la calma mental y corporal. ¿Qué mejor opción que dar un paseo por la montaña, practicar algo de deporte juntos, hacer actividades musicales desde casa o perder en familia la noción del tiempo mirando las musarañas?
4. Seguir aprendiendo en vacaciones. El entorno familiar ofrece múltiples oportunidades para seguir aprendiendo de una manera divertida. Contar los días que nos quedan de vacaciones; escribir la carta a los Reyes Magos o a Papá Noel o preparar y calcular los ingredientes para una receta incluyen y refuerzan todo aquello que van aprendiendo en la escuela. ¡Sigamos aprendiendo!
5. Disfrutar como niños. Tal y como nos cuenta el Principito, protagonista de la obra de Antoine de Saint-Exupéry, “todos los mayores han sido primero niños. Pero pocos lo recuerdan”. Por ello, os animamos a recuperar la esencia de la infancia, a recuperar la inocencia y la ilusión y dejarnos llevar por la magia de estas fechas.
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