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Botar el golpe y perder el tiempo.

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Tomás Javier Rubio
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Tomás Rubio

El derecho a la pereza es un libro escrito en el siglo XIX por el médico y periodista franco-español Paul Lafargue. En esa reveladora obra se habla, entre otras cosas, de una sociedad donde todos pudiéramos consagrar nuestro tiempo a las ciencias, el arte y otras actividades, entre las que se cuenta la satisfacción de las necesidades espirituales.

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VIVIR con mayúsculas…

Y aquí hablamos de VIVIR con mayúsculas. Obviamente, no estamos en los mejores tiempos para estas mayúsculas cuando, por ejemplo, la palabra productividad se aplica para definir el servicio que ofrecen los médicos, los policías, los maestros, los terapéutas. Antes, la productividad estaba relacionada con profesiones como las ventas o el sector automotriz, entre otros. Ahora cualquier actividad humana se mide con parámetros de productividad. Eso nos recuerda el párroco al que el obispado “canceló” porque su parroquia tenía pocos feligreses.

Botar el golpe no es suficiente si después se regresa al mismo golpe. Y últimamente se han sumado golpes que nos hacen más minúscula la vida, hasta casi el punto de la obsesión. Salir de casa sin olvidar la cartera, las llaves, la mascarilla y cuidar en todo momento qué se toca, cómo y cuándo se toca, etc. No, no es fácil vivir sabiendo que acontecimientos cotidianos que antes eran inconscientes, ahora tenemos que vigilarlos y además vigilar a los otros.

Algunas ideas para botar el golpe y perder el tiempo…

Contemplar y buscar figuras en las nubes, escuchar las olas en la orilla del mar, tocar un tambor o un piano sin saber música, dibujar lo que vemos por la ventana, declamar o escribir un poema (sin rima o incluso con faltas de ortografía), inventar o hacer algo que no sirva para nada como por ejemplo subir las escaleras de espaldas, jugar a perder en el parchís o el dómino y premiar a los perdedores, escribir una carta en papel impreso y mandarla, cambiar de lugar los muebles de la casa sin prever cómo quedará el espacio…

Hay un sinfín de formas para perder el tiempo y los niños nos pueden enseñar. Aquí nos tenemos que poner a su orden. Perder el tiempo es una de las actividades que nos acercan a los infantes y a un mundo mejor que este, porque nos aleja de la productividad y de ese tiempo que todo quiere rentabilizarlo.

Desde aquí invitamos a botar el golpe, pero, sobre todo y más importante – a cada vez golpearnos menos.

 

Tomás Rubio/Equipo Di Capacidad (Santo Domingo)

Di Capacidad es un espacio inclusivo de arte y educación humanista. 809 434 1111

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