Tomás Rubio
A veces me inquieta ver cómo se multiplican por las redes y los medios de comunicación videos y noticias sobre niños, niñas, jóvenes o personas adultas, que han destacado en alguna actividad «a pesar de» su condición de autismo, síndrome de Down o parálisis cerebral. Bienvenidos y bienvenidas. Es una alegría, pero… ¿No estaremos creando un ranking de famosos y famosas?
Los medios de comunicación los llevan a sus titulares y en las redes se hacen virales los videos del niño que recibió un premio, la niña que cantó en determinado evento o el muchacho que fue contratado por la Nasa como físico. Así, cualquier día uno escucha a una madre (y esto me ha sucedido): «Ay…si mi hijita…».
Pienso que hay que hacer un esfuerzo, y sin negar la comunicación de estos hechos, conseguir que la vida cotidiana de estas personas sea la protagonista y la gran noticia, una vida cotidiana llena de belleza y acontecimientos que no se sienten tanto en los medios, pero sí en los corazones. Puede que, sin quererlo, estemos creando modelos de inclusión competitivos.
Quizás por eso, cuando me hablan de espectáculos, miro hacia otro lado y veo los detalles y los momentos de cada jornada de estas personas. Y me digo: “ahora que no hay cámaras ni espectadores… son…sienten…y no compiten”. Porque he visto, con tristeza, cómo se presiona a estas personas para que hagan las cosas “bien», de manera que los organizadores de un evento supuestamente inclusivo, sean ellos los que queden bien ante el público, patrocinadores y medios.
Que te conozcan, que te reconozcan y que se conozca lo que haces es maravilloso; pero ni esas maravillosas personas son los únicos modelos a mostrar ni el camino hacia la felicidad necesariamente pasa por ser noticia.
Equipo Di Capacidad (Santo Domingo). Di Capacidad es un espacio inclusivo de arte y educación humanista. 809 434 1111