Inicio EvidenCristianas TRILLANDO LA VIDA / MI IDENTIDAD COMO MUJER… ¿ Cuál es?

TRILLANDO LA VIDA / MI IDENTIDAD COMO MUJER… ¿ Cuál es?

PUBLICIDAD

 Por Bienvenida González

PUBLICIDAD

Pudiéramos iniciar este diálogo señalando que toda mujer posee una identidad biológica proveniente de sus progenitores, hayan estado estos cercanos o lejanos y en casos singulares en absoluto desconocimiento de los tales. Se carga consigo misma un nombre, al cual se responde y cuya aplicación de este, connota tal cual tarjeta de presentación de entrada, ante cualquier tipo de contacto o relación con segundas o terceras personas.

Un grupo de mujeres y yo nos reunimos recientemente y nos propusimos entre todas conversar sobre que significa la identidad verdadera en una mujer. Fue fascinante para mí, y para el resto de las mujeres el que nos diéramos la oportunidad de abrir un tema que, además de ser atractivo, guía a la reflexión y a sacar conclusiones medio confrontativas; y por supuesto, también gratificantes.

¿Qué nos hace pensar de esa manera? El simple y complicado hecho de que nacimos, crecimos y por lo general acuñamos creencias, actitudes y modelos a seguir, que de una u otra manera ameritan por un lado la confrontación;  y, por el otro lado la gratificación.

La identidad verdadera resalta y es opuesta a la identidad falsa. Es una dinámica de orden existencial el vivir con posibles actitudes ambiguas respecto a lo que realmente somos.  La falsificación de las cosas es tan común como la vida misma y en el día a día se vivencian las más atrevidas y asombrosas falsificaciones en todos los órdenes que alguien pueda imaginar.

Imagina mujer si el título de este escrito recogiera las voces de una cantidad considerable de mujeres, ¿ te sumarias al coro y articularias esta expresión : Mi identidad como mujer… ¿cuál es?

Viene a la memoria el relato en la Palabra de Dios, del encuentro sostenido entre Jesús y la mujer samaritana. Un relato de por sí, sumamente interesante puesto que esta mujer fue confrontada en su “Falsa identidad”, por un maestro bien situado en cuanto a su “verdadera identidad”.  Su negación rotunda en cuanto a la relación marital que sostenía sugiere un camuflaje para salir de apuros. ¿Cuántas veces sustituimos nuestra real identidad por una identidad falsa e insostenible? Pudiera ser que la vergüenza social y el fuerte deseo de enviar una identidad verdadera, traicione y desdibuje lo que realmente soy. Al contrario, Jesús presento su credencial : “Yo soy, el que habla contigo”.

Una pregunta para ti, mujer : ¿Quién eres y que piensas sobre ti misma? Si bien es cierto que nuestras experiencias enmarcan nuestros pensamientos, y que los tales controlan nuestras acciones; es cierta también la posibilidad de encaminar la vida propia por senderos de reconstrucciones que favorezcan la existencia en esta tierra. ¡Cuidar la mente es una especie de consigna de orden espiritual!  Aceptar de manera racional y consciente de dónde vienes mujer, será determinante para tu identidad verdadera. ¡Vienes de Dios, tu creador que te conoce escucha, te habla y te ve, tal cual hizo Jesús con la mujer samaritana!

Es probable que hayas acumulado una lista de desconexión en tu vida, que hayas vivido por años bajo la cortina de la invisibilidad, anónima, ocultándote ,o evadiendo el contacto con los demás. ¡ Es tiempo propicio para que vivas a la luz de lo que eres, una mujer con potenciales para ser mujer, disfrutar del amor compartido, de tu vida en familia y comunidad, que te des el permiso de articular tu: “Yo soy”!

Son varios los desafíos que tienes frente a ti misma. Solo por mencionar algunos posibles: Asume con responsabilidad la realidad de tu presente. Ábrete a la vida, vuélvete visible. Disponte aprender lo desconocido con un buen nombre y, sobre todo vive con dignidad, respetando lo que eres. ¡ Todo bajo la sombrilla de Dios!