El éxito y el agradecimiento San Juan 21:6/7
pastor Eddy Arismendy
Jesús les dijo: —Echen la red a la derecha de la barca, y pescarán. Así lo hicieron, y después no podían sacar la red por los muchos pescados que tenía. Entonces el discípulo a quien Jesús quería mucho le dijo a Pedro: —¡Es el Señor! Apenas oyó Simón Pedro que era el Señor, se vistió, porque estaba sin ropa, y se tiró al agua.
Aguila, hoy en día miramos hacia atrás este versículo bíblico donde Pedro y los demás discípulos habían pescado toda la noche sin éxito, y en la mañana alguien lo direcciono hacia donde tirar la red y lograron una gran pesca.
En medio del momento donde estaban recogiendo las redes llenas Juan le dijo a Pedro que era Jesús y este una vez más soltó las redes con todo su producto y se lanzó al mar y vino donde el benefactor.
Esta acción de Pedro debe recordarnos lo que un sabio anciano aconsejaba: nunca te embriaguez tanto con las abundancias que te hagan olvidar quien te enseno el camino por donde llegar a ellas.
El valor de aquel que vuela alto no está en el poder de sus alas, sino más bien en reconocer aquel que le dio el poder y la expansión para volar. La gratitud es una virtud de todos aquellos que saben para donde van, dejan marcas de su agradecimiento.
El éxito de cualquier manera que se obtenga puede destruir la sensibilidad de la persona. Muchos lo usan para vengarse, otros lo usan para proyectar su narcisismo aun hagan obra de bien social, sin embargo, hay otros que han dejado sus logros para regresar humildemente y confundirse entre los que no tienen nada. Jesús, Madre Teresa, Mahatma Gandhi.
Hoy Jesús no está físicamente presente para decirnos que tiremos la redes al lado derecho, ni tampoco está para soltar la red llenas de peces e ir a el a la orilla, pero están tantas personas en necesidad para asistirles en nombre de Cristo. No necesitas hacérselo a todos los necesitados, pero con solo mirar y atender algunos basta.
Procuremos pues volver siempre al señor cada vez que él nos llame, aunque estemos con las arcas llenas. No pongamos las bendiciones como las excusas para dejar de hacer el bien.
Oro a Dios en este momento por ti para que sea tan bendecido como deprendido. Para que ni las riquezas ni el éxito te llenen el corazón, ni ocupen tu vida de tal manera q te olvides de atender al Dios que te prospera, ni aquel que te hizo bien.
Shalom!