Inicio EvidenCristianas TRILLANDO LA VIDA / ¡La Comida a final de Año!

TRILLANDO LA VIDA / ¡La Comida a final de Año!

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por Bienvenida González./Psicóloga Clínica. Terapeuta Familiar, M.A

Comer es una necesidad propia del ser humano. La acción de comer Dios la concibió como algo inherente a su diseño y creo las condiciones naturales para que se produjera en una dinámica de producción, elección y consumo.

La comida a fin de año adquiere una connotación singular en la mayoría de las familias y grupos sociales. Solo bastaría realizar un registro de las invitaciones y las agendas elaboradas alrededor de recepciones, almuerzos, cenas y cualquier otro motivo para celebrar y compartir.

Compartir la comida con familiares, amigos y relacionados se convierte en un evento socializador y unificador de las relaciones. ¡Cuan gratificante es compartir momentos de compañerismo con personas a las cuales se ama, admira y con quienes se han construido lazos de amistad y cercanía! Por consiguiente, juega un papel importante ingerir alimentos en cercanía, algo que les imprime un toque singular y unificado a los vínculos ya existentes.

La comida a final de año adquiere una connotación distinta a la comida habitual en la vida de la gente ; se potencializa esta acción en el sentido de que su elaboración culinaria se sustenta en las consabidas tradiciones culturales a nivel de las familias como también de cada región.

Las celebraciones en la Navidad se multiplican y pareciera una tarea un tanto difícil abstraerse de no corresponder a las puntuales invitaciones, que de hecho las más de las veces acogen a una mayor cantidad de personas de las estipuladas en encuentros habituales y recurrentes.

En medio de todas estas dinámicas, existe un punto crítico y es el relacionado a la cantidad y variedad de platos que suelen ser preparados para tales eventos. ¿Las personas ingieren más o menos comida en las fiestas de navidad? Hay quienes se

someten a dietas fuertes antes de, con el consabido propósito de contar con la libertad de comer a plenitud sin cargos de conciencia.

Existe la posibilidad de asociar la cantidad de comida a la “felicidad que se siente en esta época” o mas bien a “un sentido de prosperidad”. Lo uno o lo otro o ambos a la vez podrían encajar en los motivos conscientes o no de las personas al momento de ingerir alimentos a fin de año. En este sentido, no cabe la menor duda de que se instala y promueve comer en demasía y no son pocos los casos de intoxicaciones por ingesta de alimentos y también de bebidas espirituosas.

Con respecto a las ideas que hemos expuesto, podemos incluir para beneficio personal y de grupos humanos; algunos relatos encontrados en la Palabra de Dios en cuanto a la administración e ingesta de los alimentos, por ejemplo: la celebración de la Pascua de Jehová , para la cual Jehová prescribió al pueblo como optimizar el cordero sacrificado, el cual sería consumido uno por cada familia y de existir alguna familia pequeña unirse a una mayor y celebrar juntos la Pascua. ¡Nada debía quedar! ¡Todo debía ser consumido y de sobrar algo, seria quemado al día siguiente!

Otra experiencia que trascendió, fue la intención y acción de acumular del pueblo respecto al Mana recibido de Dios como provisión : ¡Solo tomar lo que se consumiría! ¡Dios dispuso el menú, un menú suficiente y nutritivo! . En el milagro de la multiplicación de los panes y los peces, Jesús prescribió una estrategia administrativa y de optimización de recursos alimenticios, asombrosa. ¡No tiren al zafacón de la basura los panes y los peces que quedaron! Adminístrenlos, denle un uso adecuado. De igual manera en la cena con sus discípulos, partió el pan y lo repartió a sus discípulos.

Comer juntos con alegría y una actitud sencilla del corazón, es un acto terapéutico, que conduce a la saludad espiritual y emocional de que quienes se reúnen alrededor de la mesa, del calor del hogar para celebrar al autor de la vida y agradecer la dicha de ingerir alimentos al final del año.