Samuel Reyes samuelreyes7@hotmail.com
En el certamen de belleza Miss Universo 2021 celebrada el pasado domingo 12 de diciembre se pudo notar la fuerte influencia de la ideología de género. Ya desde hace décadas se ha hablado mucho del desencanto que el evento estaba ocasionando entre los aficionados que hicieron que el mismo perdiera una gran audiencia.
Miss Universo despertaba en décadas pasadas casi el fanatismo de las multitudes a nivel mundial y era un toque de queda obligado en los hogares dominicanos no importando la hora de inicio del evento y fue viendo caer sus calificaciones de audiencia debido a un formato que talvez rayó en la rutina.
Pero una de las razones por la que actualmente este concurso pierde apoyo se sale de los ámbitos mismos de los fines originales del concurso. Hace unos años compitió con el beneplácito de los dueños de la franquicia un transgénero español en representación de la madre patria que marcó una decisión que a todas luces declaraba la política que enmarca el icónico concurso en una corriente muy a favor de la ideología de género. Sin embargo, este ardid no ha concitado el interés de antaño y esta nueva política ha provocado aparentemente el rechazo de los seguidores tradicionales del concurso de belleza de más cobertura mediática mundial.
La producción del evento ha dado un giro en cuanto a los conductores. Steve Harvey, un cómico y orador motivacional afroamericano quien es su conductor desde el año 2015 hacia acá, es de la religión islámica. Esto no es nada casual dado que el islam es una de las religiones orientales más antagónicas al cristianismo y por eso es promovida por los sustentantes de la ideología de género que se afanan para que el cristianismo no sea la religión predominante en el mundo.
Aparte del islam también el budismo es un arma que se usa como disolvente de la cultura occidental judeocristiana a través de las producciones de Hollywood y de los actores y actrices que en su mayoría son activistas de la izquierda norteamericana y señalan el rumbo a seguir modelando su creencia en Buda y a través de la influencia de la cultura del yoga.
También llamaron la atención los co-conductores de Miss Universo 2021, un caucásico atípico y amanerado posiblemente homosexual y una co-conductora afroamericana con un pajón que desafía el estereotipo de las mujeres asiduas a los salones de belleza.
En Miss Universo actual se toma muy en cuenta la causa social que representan las concursantes entre las cuales no puede faltar su apoyo a la causa LGTB.
Una vez más nuestra candidata al certamen fue ignorada y no pasó ni tan siquiera a estar entre las quince semifinalistas. Eso se podía esperar dado que es hija de padre israelita y madre dominicana, una mezcla que resultaría poco halagüeña para los del nuevo establishment del certamen aun cuando se realizara en el propio país de Israel.
Si esto sigue así, y no podemos esperar cambios a corto plazo, una mujer dominicana que represente legítimamente nuestro país y los valores de la mujer auténticamente criolla no importa lo bella que sea o lo preparada que sea no tendrá oportunidad de ganar esa corona como lo hizo nuestra soberana Amelia Vega en el 2003, la cual es de seguro una mujer demasiado conservadora para los actuales dueños del concurso.