Elegir entre lo uno y lo otro; un ejercicio pertinente.
por Bienvenida González. Psicóloga Clínica. Terapeuta Familiar, M.A
“El mes de noviembre fue designado en el año 1971,como Mes de la familia en República Dominicana por el decreto 1656 del Poder Ejecutivo con el fin de realizar campañas para su formación integral, siendo esta la célula principal de la sociedad. _Articulo con el titulo :”Noviembre mes de la familia”, escrito por John Boyne y publicado por el Ministerio de Trabajo_
Esta designación contribuyó a alimentar expectativas de valoración a la familia que llevo a la construcción de una visión integradora en individuos y en sectores de la sociedad; los cuales encaminaron sus esfuerzos para la realización de acciones a favor de la familia.
¡Han transcurrido hasta el momento actual, 50 años de esta designación! Es digna de mención y de celebración esta iniciativa que favoreció de alguna manera a una mayor visibilidad de la familia como una unidad clave en el fundamento de la sociedad. Ha sido tal el impacto de la asignación de este mes a la familia, que en diferentes contextos : social, religioso, comunicacional y educativo ; para mencionar algunos, afloran los discursos a través de artículos-como este-, conferencias y otras exposiciones, porque como es el mes de la familia, sobre la familia, se debe hablar.
Nuestro ánimo lejos de ser una censura a estas actividades – de las cuales he participado por años de manera activa- va dirigido a la posibilidad de realizar una mirada mas objetiva sobre el hecho de que no basta celebrar a la familia en un periodo de treinta días cada año.
Darse el permiso consciente e intencional de ver a la familia como un diseño absoluto de Dios – descartando de plano que la familia esta en un periodo de extinción, que se ha destruido, que no hay esperanza- y entender que la familia es el lugar donde los sujetos encuentran los recursos necesarios para convertirse en personas. Las tareas propias de la familia involucran a todos sus miembros desde los mayores hasta los menores.
De esto se desprende que aprender lecciones concretas de conocimientos, procedimientos y valores que guíen al crecimiento y la fructificación, es esencial. Elementos estos que concuerdan en un ciento por ciento con la bendición de Dios impartida : “Fructificad y multiplicaos”, Génesis .
La familia es algo más que discursos de temporada, la familia trasciende los linderos biológicos y demanda en si misma una sostenibilidad basada en el amor, ternura y el compromiso de construirla con los criterios pautados por Dios. Los discursos pudieran tener una connotación anestésica y de simulación de que la cosa es color de rosas, pero, la realidad es de varios colores que conjugan una estructura humana con altas y bajas, encuentros y desencuentros que forjan el carácter de sus miembros.
Pensar en la familia y actuar en consecuencia, conlleva la concepción de verla que sale de las entrañas de Dios mismo y que repercute como el fundamento de la sociedad, considerada como la forma mas estable de convivencia en la sociedad.
El discurso en torno a la familia no es del todo negativo pues promueven lo hermoso de la familia, un buen ingrediente que, a su vez , no es suficiente ; mientras que la realidad vivida en cada grupo familiar suele confrontar con la necesidad de vivir en familia como la única opción dispensada por Dios para cada persona, esto claro está, demanda amor, inversión y sacrificio. ¡Pensemos en esto y reaccionemos!