Samuel Reyes
samuelreyes7@hotmail.com
En las redes sociales se difunde un falso diálogo atribuido al Quijote de la Mancha. Es un texto muy picaresco. Les comparto una porción: “País este, amado Sancho, que destrona
reyes y corona piratas, pensando que el oro del rey será repartido entre el pueblo, sin saber que los piratas solo reparten entre piratas.”
La polémica suscitada en torno al anteproyecto de ley que se ventila desde hace meses en la cámara de diputados sobre la devolución parcial de los fondos de pensiones de las AFP es
bastante álgida.
Las AFP, economistas, sindicatos y funcionarios gubernamentales advierten altisonantes sobre los riesgos que implica darle curso a la medida. De acuerdo a ellos, entre otros males, si se aprobara una ley en tal sentido provocaría inflación y los trabajadores sufrirían la pérdida del amparo de una pensión futura de por sí ya magra.
El fondo general más grande de la República Dominicana, el que producen los cotizantes a las AFP, tal parece que es manejado por gente de criterios cerrados y huérfano de acciones en
favor real de nuestros trabajadores nacionales y extranjeros.
Creemos que, si bien tal medida pudiera ocasionar daños macroeconómicos, dichos actores no proponen en absoluto
alternativas, que siempre las hay, para beneficiar a los cotizantes.
Los Fondos administrados por las AFP son de los cotizantes y no de las AFP, porque administrar un recurso ajeno no constituye al administrador en su dueño. Los economistas deben ser más creativos y proponer formas de aplicar una decisión de tal envergadura sin causar daño a la estabilidad macroeconómica. Los sindicatos deben propiciar que los derechos de los trabajadores sean defendidos a ultranza en la mesa del diálogo o presionar por los medios permitidos en el marco legal para que sus condiciones laborales y sus previsiones de retiro sean las más ventajosas posibles. Actuar de otra forma desdice su rol.
Los gobernantes deben entender que la redistribución de las riquezas de manera justa al pueblo es una de las funciones elementales del Estado.
Es una gran idea el fondo de pensiones para la vejez o la incapacidad por accidente o enfermedad, eso no tiene lugar a discusión. Pero duele descubrir que los dueños legítimos de
los fondos no puedan disponer de ellos y ni siquiera opinar sobre su uso, máxime en situaciones de emergencia nacional como el de la pandemia del COVID-19. Mantenemos distancia del anteproyecto de ley en estudio por los diputados, pero concordamos en que se puede devolver parcial o totalmente dichos fondos y también se puede distribuir los
beneficios anuales de miles de millones de pesos que ostentan orondas las AFP por su rol legal de administradoras de ese tesoro, cuando debería favorecer más a los cotizantes.