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SANTO DOMINGO- En Consejo Nacional de Confraternidades de Pastores Evangélicos (CONACOPE) considera que es necesario detener el expendio y consumo de bebidas alcohólicas hasta que no se desenrede el nudo toxico en su distribución que ha producido en las últimas semanas la perdida en el país de una lamentable de cantidad de vidas humanas.
El presidente de CONACOPE, reverendo Adolfo Mateo, expresó que, aunque los evangélicos no consumen ni promueven la distribución ni la ingesta de bebidas alcohólicas, si lamentan la gran cantidad de dominicanos muertos por el consumo de bebidas alcohólicas de composición altamente tóxica, adulteradas por personas inescrupulosas que movidas por la ambición de ganar dinero de manera ilegal se dedican a estas condenables prácticas.
“Nosotros los evangélicos no consumimos ni promovemos las bebidas alcohólicas por los daños que producen en la salud de quienes las toman, y también por las alteraciones en la conducta de los consumidores que, con frecuencia, degeneran en desordenes sociales; sin embargo, condenamos la ambición desmedida de algunas personas que hacen mezclas y adulteraciones ilegales atentando de manera criminal e inescrupulosa contra la vida de otros ciudadanos”.
Por ese motivo el presidente de CONACOPE les pidió a las autoridades competentes de nuestro país que suspendan temporalmente la distribución y el consumo de alcohol hasta que esta cadena de muerte no sea efectivamente desenredada. “Son vidas humanas las que por decenas estamos perdiendo cada semana, y esto hay que detenerlo”.
Entiende el dirigente evangélico que este es un problema grave, que no se trata de algo incidental que pasó y que se puede quedar así. “Este hecho no es casual, sino el resultado de una estructura comercial engañosa y malvada que las autoridades deben desmantelar de inmediato y establecer las responsabilidades de lugar para condenar a los culpables.
Mientras tanto, dijo que lo más indicado es establecer una abstinencia temporal en el consumo de bebidas con miras a garantizar que no se sigan produciendo más muerte. Según expresó, no es algo que deba causar preocupación, ya que no se trata de un asunto de necesidad, sino de placer.
“Los evangélicos, por principios de cuidado a la salud y para evitar alteraciones indeseadas en nuestra conducta no ingerimos bebidas alcohólicas; por tanto, una abstinencia temporal para garantizar que no se produzcan daños como los que estamos viendo ahora, no debe ser motivo de preocupación. La preocupación real debe ser detener la gran cantidad de ciudadanos a los que se le está malogrando su salud y están perdiendo sus vidas por la perversidad de personas ambiciosas e indolentes”.
Enfatizó de manera reiterada que: “Hay que parar la distribución y el consumo del alcohol hasta que este nudo mortal que tiene la cadena de distribución y consumo de estos productos no sea eficazmente desenredado”.
Finalmente, exhortó a la ciudadanía a evitar en estos días el consumo de bebidas alcohólicas y a desarrollar hábitos de vida sanos que les proporcionen bienestar y largura de días como es la voluntad de Dios.
