Según las autoridades, la lluvia inundó 33 barrios, dejó inutilizables 20 colegios y produjo 14 deslizamientos en los cerros de este puerto caribeño, que es además el principal destino turístico de Colombia.
Juana Pérez -que vive en una casa elaborada con tablas y cartones reciclados en el populoso barrio Olaya Herrera, uno de los sectores más peligrosos de la ciudad- relató a Efe que al igual que todos sus vecinos está muy afectada por la inundación que tapó su vivienda.
«Todo está inundado, hasta las colchonetas las tengo mojadas, estoy esperando a que salga el sol para echar al aire», afirmó la mujer.
Una de las principales preocupaciones es que parte del líquido que inundó las viviendas del sector son aguas negras, que además de dañarles los pocos enseres que tienen, les pueden producir enfermedades, sobretodo a los niños que padecen de infecciones en la piel, algo que la señora Juana describe como «rasquiña».
«Esta es agua que se está viniendo de todas las alcantarillas y está afectando todo esto, no tenemos ayuda de nada», afirmó.
Unos metros más adelante la historia se repite. Orlando Miguel Acosta Castro, un vecino que pudo construir su casa con ladrillos y cemento, contó que tiene la sala de su casa «toda repleta de agua».
«Me tocó levantar los poquitos electrodomésticos que tengo, la nevera, el multimueble para salvarlos de la inundación», expresó a Efe.
DOS COLISEOS CONVERTIDOS EN ALBERGUES
La Alcaldía ha destinado hasta el momento dos coliseos deportivos para albergar a las familias que han tenido que abandonar sus viviendas, inservibles por efecto de las inundaciones que ocurren en la ciudad.
A las familias que están en los dos albergues temporales, además de proporcionarles comida, colchonetas y elementos básicos de aseo, les han ofrecido asistencia médica y psicológica y se les están realizando pruebas de covid-19 para prevenir que el contagio se expanda entre los damnificados.
Una bacterióloga de una entidad prestadora de servicios de salud, que prefirió reservar su nombre, dijo a Efe que están practicando pruebas rápidas de antígenos para detectar casos de contagios y que hasta el momento no han «encontrado ninguno».
No obstante, las autoridades de salud del distrito han entregado más de 200 paquetes de bioseguridad que contienen alcohol, gel antibacterial y una caja de mascarillas.
PANORAMA DESOLADOR
La primera dama de Cartagena, Cinthya Pérez, que desde que comenzó la emergencia ha estado visitando los barrios más afectados y llevando ayudas a las personas afectadas, relató a Efe que el panorama en las zonas anegadas «es muy desolador».
Las personas más afectadas en la ciudad han sido las más pobres porque que viven en los lugares más vulnerables de la ciudad, «estas personas perdieron lo poco que tenían», dijo.
Y es que de los 1.028.736 habitantes que el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) estimó en 2019 que habitaban en Cartagena de Indias, el 34 % vive en condiciones de pobreza monetaria y el 3 % en condiciones de pobreza extrema monetaria.
Esta población está conformada en su mayoría por afrocolombianos descendientes de africanos esclavizados durante los siglos XVI y XVII o por desplazados por la violencia que llegaron a la ciudad desde hace tres décadas en busca de un mejor futuro.
La primera dama destacó que «la empresa privada está en solidaridad con toda la ciudad de Cartagena y con este gobierno donando cosas y prestando sus equipos para ejecutar un poco más rápido la limpieza de los canales de agua».
LA OLA INVERNAL CONTINÚA
El director del Centro de Investigaciones Oceanográficas e Hidrográficas (CIOH) de Cartagena, capitán de fragata Gabriel Vallejo explicó a Efe que en la medida en que el huracán IOTA se aleje del frente de la costa de Cartagena de Indias su influencia y las lluvias «deberán disminuir».
No obstante, advirtió que en este 2020 se está presentando un fenómeno similar al de 2005 cuando la temporada de huracanes se extendió hasta finales de diciembre, lo que mantuvo la ola invernal hasta esas fechas cuando normalmente termina a finales de noviembre.
El alcalde de la ciudad, William Dau, también ha manifestado su preocupación por la posibilidad de que siga lloviendo sobre la ciudad lo que «podría agravar la situación».