
Por. Jorge Duarte
La semana anterior finalizamos el paseo por las diferentes generaciones que interactúan en nuestras iglesias. Ahora nos enfrentamos al mayor reto, responder la pregunta: ¿que vamos a hacer con toda esta información? Y es lo que a partir de hoy trataremos de sembrar en sus corazones, sin querer imponer nada, mas bien lo hacemos como una forma de aportar al desarrollo de la comunidad cristiana en nuestro país, de hecho, recomendamos que estas sugerencias sean analizadas por los pastores con sus lideres y puedan crear estrategias que se adapten a su realidad y visión local.
Algo que debemos señalar es lo que dice hebreos 13:8 “«Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos.» así que, aunque muchas cosas hayan cambiado, y otras tantas deban cambiar, debemos partir del fundamento establecido por la palabra de Dios de que el mensaje que predicamos no cambia porque ese mensaje es Jesús! ¡Nuestro mensaje no cambia! ¡¡Pero los métodos si pueden cambiar!
Existen dos preguntas fundamentales que debemos hacernos, al planificar la manera de ministrar a cada una de estas generaciones:
- ¿A donde estamos? Debemos realizar un estudio de la composición actual de nuestras iglesias, esto podemos hacerlo a través de encuestas y otros métodos estadísticos.
- ¿A donde queremos ir? O puesto de otra manera: ¿Que queremos alcanzar? Debemos trazar metas a mediano y largo plazo que nos permita plantearnos objetivos logrables.
La primera pregunta nos ayuda a identificar donde estamos, para servir mejor a las necesidades de nuestra iglesia, la segunda podría presentar un reto doloroso, ya que dependiendo las metas que nos tracemos, tendremos que establecer cambios en la manera de hacer las cosas sabiendo que es imposible agradar a todos, es responsabilidad de los lideres y pastores trazar la visión (por ejemplo para un ciclo de 10 años) y tomar las decisiones necesarias para la expansión del reino.
Quiero compartirles una conversación que tuve con el pastor Robert Barriger de la iglesia Camino de Vida en Perú, una iglesia de un crecimiento asombroso y sobre todo con éxito alcanzando nuevas generaciones, la misma ocurrió en una conferencia de liderazgo generacional celebrada en Panamá en el año 2019, ante mi pregunta de que debemos tener en cuenta al diseñar estrategias para compartir el mensaje que portamos, de manera que resulten atractiva para estas nuevas generaciones, sin dejar de atender las necesidades de las generaciones anteriores, el me puso de ejemplo el hecho de que las grandes empresas tecnológicas hoy en día, al diseñar productos, por ejemplo teléfonos inteligentes, piensan en que opciones resultarían atractivas para los jóvenes de 18-35 años y estas son las que agregan al producto final. Esto lo hacen basados en estudios que muestran que los niños y adolescentes hasta los 17 años quieren ser como los de 18, y los adultos de 36 en adelante se esfuerzan en mantenerse como los de 35. Esto aunque parece simplista nos da una idea de cómo podemos captar el interés de un grupo especifico y que esto a la vez provoque que logremos satisfacer necesidades de todas las generaciones.
Quiero terminar el articulo de esta semana, motivándote a analizar la forma en que llevas el mensaje hoy en día en tu iglesia, ¿crees que estas presentándolo de una manera que conecta con el mayor numero de generaciones? ¿Que cosas crees que debes cambiar? ¿Cuales puedes fortalecer?
La resistencia a los cambios muchas veces nos paraliza, este año 2020 por ejemplo empujó de golpe a nuestras iglesias a una virtualidad que se debió implementar hace 8 años, muchos todavía oran que todo esto pase para regresar a la “normalidad” y me pregunto: ¿que tal si la voluntad de Dios es que en esta nueva “normalidad” no solo volvamos a lo que hacíamos, sino que sigamos experimentando cosas nuevas para que el evangelio corra, el nombre de Cristo sea predicado de manera y hacia lugares inimaginables? ¡Que cuando el venga nos halle haciendo así!
¡No te pierdas los artículos de las próximas semanas!
Pastor Jorge Duarte es Presidente de la Confraternidad Evangélica Dominicana (CONEDO)