“Manifestamos nuestra profunda preocupación por la polarización y politización de la ciencia en el ámbito público general en un momento en el que hay tantas vidas en juego. La palabra ciencia se ha convertido en un arma utilizada en los conflictos y enfrentamientos culturales y sociales. Los científicos son vilipendiados y sus hallazgos ignorados, mientras que las teorías conspiratorias se vuelven virales. Lamentablemente, los cristianos parecen igualmente susceptibles a estas tendencias”.
Este párrafo explica de manera inequívoca la razón de la declaración redactada y publicada por BioLogos, una prestigiosa organización cristiana fundada por el eminente genetista estadounidense (y comprometido cristiano), Dr. Francis Collins, conocido por haber dirigido el Proyecto Genoma Humano; y por ser quien dirige desde 2009 la red de Institutos Nacionales de Salud de los EEUU.
EL CONTEXTO POLITICO
La declaración, que fue publicada el pasado 17 de agosto y hasta el momento suma casi 7.000 firmas, adquiere hoy una especial relevancia, si cabe, cuando la publicación esta semana de un libro ha puesto en evidencia al presidente Donald Trump, responsable de frases y expresiones que han dado alas a las teorías conspiratorias y a quienes niegan la gravedad de la pandemia en contra del consenso científico.
En “Rage” (“Rabia”), el veterano periodista Bob Woodward revela confidencias en las que el presidente Trump le reconocía en privado lo contrario a lo que decía en público, es decir, se mostraba preocupado por la gravedad del coronavirus, su alta mortalidad y contagiosidad. El propio Trump ha reconocido tal contradicción, pero ha justificado su minimización de la pandemia “porque no quería crear pánico en la población”, dijo.
UN LLAMAMIENTO A TODOS LOS CRISTIANOS
En ese contexto, la declaración de BioLogos es ante todo un llamamiento a todos los cristianos, “para que sigan los consejos de los expertos en salud pública y apoyen a los científicos que realizan investigaciones biomédicas cruciales sobre la COVID-19”.
Los firmantes no cuestionan las críticas que puedan tener lugar hacia las actuaciones políticas de los gobiernos, pero otra cosa diferente es ignorar la evidencia científica.
“Los cristianos reflexivos podemos estar en desacuerdo sobre las políticas públicas adoptadas en respuesta al coronavirus, pero ninguno de nosotros debería ignorar la evidencia científica cuando esta es clara”.
CUIDADO CON LOS CIENTÍFICOS “NO ESPECIALIZADOS”
El hecho de que conocidos líderes cristianos festejaran y se hicieran eco del peligroso discurso presidencial sobre la pandemia, ha tenido sin duda una gran influencia en sectores conservadores y también en algunos círculos de la comunidad evangélica en toda América y en otros continentes.
La declaración también advierte contra las afirmaciones hechas por científicos no especializados. “Es apropiado que los cristianos seamos escépticos ante las afirmaciones hechas por científicos cuando hablan sobre cuestiones que no se refieren a su área de especialización”, dicen. “Lamentamos las ocasiones en que la ciencia y la medicina se han utilizado indebidamente, así como los errores que en algunas ocasiones se hayan podido cometer, pero, aun conscientes de estos casos excepcionales, los cristianos debemos escuchar a los científicos y médicos cuando hablan sobre su área de especialización, especialmente cuando están en juego millones de vidas”.
“FE Y CIENCIA” SIN CONFLICTOS
Los autores de la declaración son conscientes de las dudas que asaltan a algunos cristianos a la hora de recurrir a la medicina como si fuera “un sustituto” de la fe, o la evidencia de una “fe débil”.
“Como cristianos, sabemos que toda la verdad, incluida la verdad científica, proviene en última instancia de Dios”, dicen. “Dios puede hacer milagros de curación, pero también usa a médicos y científicos para traer sanidad”.
También defienden la importancia de la vacunación. “La poliomielitis mataba a 350.000 personas al año, la mayoría niños, antes de que Jonas Salk descubriera su vacuna”.
Y reconocen los avances científicos como “dones” del Creador que debemos aceptar con gratitud. “Los cristianos que trabajan en las ciencias biomédicas, como el Dr. Francis Collins, ven su trabajo como una continuación del ministerio sanador de Jesús (Mateo 15:30). Buscar tratamiento médico no es señal de una fe débil en Dios, sino una aceptación agradecida de los dones que él nos otorga”.
¿POR QUÉ PODEMOS CONFIAR EN LA CIENCIA?
El seguimiento “minuto a minuto” que los medios de comunicación vienen haciendo del trabajo de los científicos, de los avances y retrocesos que forman parte de la normalidad del proceso científico (como ha pasado en estos días con la vacuna de Oxford), producen expectativas y desilusiones en la ciudadanía que pueden llevar a la desconfianza y a la desafección hacia los expertos, lo que es aprovechado por los agitadores de la desconfianza y del miedo. Pero los autores de la declaración explican que no hay motivo para ello y que los retrocesos y cambios de opinión en los expertos son normales en el proceso científico.
“Un cambio en el asesoramiento de un experto no es un signo de debilidad o falta de fiabilidad, sino de honestidad y de buena práctica científica. En los puntos más importantes, se ha demostrado que las predicciones científicas han sido correctas” (…) Los científicos no lo saben todo y tienen prejuicios como el resto de nosotros. Es por eso por lo que el proceso de investigación científica incorpora pasos para probar, examinar y validar hipótesis y conclusiones por parte de toda la comunidad científica. Es cierto que cualquier científico, a título individual, puede ser parcial. Por eso, la comunidad científica critica activamente el trabajo de los demás, para reducir la parcialidad y los errores, hasta que juntos desarrollan un consenso sobre lo que dicen los datos”.
El documento en castellano, que puede descargarse aquí en su versión completa en pdf, concluye con un compromiso múltiple de:
. Usar Mascarillas (y guardaremos medidas de higiene y distanciamiento social, etc.)
. Vacunarnos contra el Covid-19 (cuando haya una vacuna segura)
. Corregir la desinformación (ser activos en las redes sociales contra los fake news con teorías conspiratorias y el negacionismo)
. Trabajar por la justicia (en defensa de las víctimas más vulnerables de la pandemia: ancianos, temporeros en la agricultura, personal sanitario, etc.)
. Orar (por sanidad de los enfermos; consuelo las familias que han perdido seres queridos; sabiduría para las autoridades; etc.
FEREDE ENTRE LAS ENTIDADES FIRMANTES
En España la iniciativa ha sido bien recibida por fieles e instituciones evangélicas que comparten la preocupación y los argumentos expresados en la declaración. Pablo de Felipe (especialista en biotecnología de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios y coordinador del Centro Ciencia y Fe) y Daniel Casado (físico, miembro del Consejo directivo de los GBU y exdirector del colegio El Porvenir) han coordinado su traducción al castellano de España y han impulsado su difusion.
Hasta el momento han expresado su adhesión, la Alianza Evangélica Española (AEE); los Grupos Bíblicos Unidos (GBU); el Centro Ciencia y Fe (SEUT); Cristianos en Ciencias (GBU); la Unión de Médicos Evangélicos (UME); y la Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España (FEREDE), haciendo suyos el enunciado y los compromisos propuestos.
Los interesados en firmar, pueden hacerlo pinchando en el siguiente enlace: https://statement.biologos.org/
Fuente: BioLogos / Redacción: Actualidad Evangélica