Buscando en Google sobre lo que significa la PACIENCIA encontré esto:»La paciencia es, la capacidad de sufrir y tolerar desgracias y adversidades o cosas molestas u ofensivas, con fortaleza, sin quejarse ni rebelarse».
Ufff, realmente esto me puso a pensar, ¡Si… realmente tengo esa paciencia que nos revela en Google! oh, y no la poseo. Tengo la fortaleza para enfrentar la adversidad, pero, no creo que lo haga sin quejarme o quizás hasta sin revelarme en algún momento. Soportar una desgracia con paz, calma o tranquilidad, se dice fácil, pero, realmente es muy difícil. Sin embargo, debemos poner en práctica cada día nuestra paciencia para tomar buenas decisiones en nuestras vidas, para cuando lleguen esos momentos de pruebas sepamos enfrentarlas con tolerancia y fortaleza.
La paciencia se debe desarrollar, así como el sembrador preparar la tierra para sembrar, él sabe que no es fácil, pero, para tener una buena cosecha debe arar la tierra, limpiarla, quitarle todas las raíces que no le permitirán a las semillas germinar, crecer y dar fruto. Sabe que debe regar la tierra todos los días y quitar todo lo que pueda producir la muerte de su hortaliza.
Todo es un proceso, debemos trabajar en nuestras vidas, para que sea productiva y se pueda desarrollar hacia donde Dios quiere que lo hagamos; en este sentido, debemos saber que enfrentaremos situaciones que nos ayudarán a ser mujeres y hombres más fuertes y pacientes, que iremos construyendo surcos y preparando la tierra para la siembra, para que otros que vienen siguiéndonos no tengan que pasar por las mismas situaciones que nosotros, y aprendan a ver las cosas de una manera completamente diferente, que les enseñemos a tomar mejores decisiones para sean más sabios a la hora de enfrentar adversidades, que lo hagan con perseverancia, porque siempre producirá frutos muy abundantes en sus vidas.
La paciencia es como nos habla Hebreos sobre la fe.
Hebreros 11: 1 “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”.
La paciencia no se puede ver al igual que la fe, pero si da frutos y siempre nos favorecerá en todas las cosas y en nuestras vidas.
Empecemos a plantar la semilla de la paciencia, y veremos cómo irá cambiando las adversidades por frutos jugosos y sabrosos, en lugar de quejas y decepciones.
Dios nos ha prometido estar con nosotros todos los días de nuestras vidas y en esos momentos de dificultad permanece a nuestro lado y nunca nos deja solos.
