Por. Josías Moreta
En la democracia representativa en la que vivimos, los cristianos tenemos el derecho de elegir solo a candidatos a cargos electivos que representen nuestros intereses.
También tienen el mismo derecho los ateos, los grupos a favor del aborto y los narcotraficantes.
Por «cristianos» me refiero a católicos, evangélicos y otros grupos religiosos. Tam
bién en este grupo están los simpatizantes cristianos, esto es, personas que no pertenecen a ninguna iglesia pero que tienen un gran amor y respeto hacia Dios, y que estarán al lado de nuestro Señor Jesucristo cuando Él venga por su iglesia.
Los temas que están en la agenda de los cristianos dominicanos, esto es, los que mas nos han preocupado en esta última década, son los temas del aborto y de la legalización del matrimonio homosexual.
En el caso de los cristianos, los candidatos por los que votemos deben estar comprometidos con respetar y promover los valores cristianos. Deben haber emitido declaraciones en el pasado o durante esta campaña electoral que nos hagan saber que están a nuestro favor; o que al menos hayan hecho declaraciones que nos hagan saber claramente que no están en nuestra contra.
Los cristianos también debemos apoyar a todos los candidatos actuales que sean o hayan sido legisladores, políticos o funcionarios públicos que se hayan expresado abierta y públicamente a favor de los valores que promovemos los cristianos.
Entonces, no se trata solo de votar por quien haga promesas de apoyar los valores promovidos por los cristianos en este país, sino en reconocer y votar por los candidatos que en el pasado hayan apoyado y promovido nuestros principios.
LA DIFERENCIA ENTRE APOYAR NUESTROS VALORES Y PROMOVER NUESTROS VALORES
Una cosa es que un candidato solo apoye los valores cristianos, y otra diferente es que ese candidato de hecho promueva los valores cristianos.
En el primer caso, el candidato, cuando llegue a su posición electiva, votará a favor de los valores que promovemos los cristianos. Eso podría ser suficiente para nosotros los cristianos.
En el segundo caso, el candidato, cuando llegue a su posición electiva, irá a los medios de comunicación a hacer campaña a favor de los valores cristianos. Este es el candidato ideal: el tipo de candidato al que debemos apoyar, sin importar el partido político al que pertenezca.
No debemos apoyar ningún candidato que en el pasado se haya expresado a favor del matrimonio homosexual. Eso es muy peligroso. Eso es inaceptable para nosotros los cristianos.
No es verdad que Dios va a dar su sabiduría a un político que promueva la agenda LGBT o la agenda pro aborto en el país. La sabiduría que recibirá será terrenal y diabólica, del tipo que empeora las cosas en el país en el futuro.
NO NOS ARRIESGUEMOS
En estos momentos de crisis, los cristianos no debemos arriesgarnos, y apoyar a candidatos que nunca se hayan enfrentado «ideológicamente» a los cristianos y a los valores que representamos, aun cuando el partido al que pertenezca no sea nuestro favorito.
No votemos por candidatos de quienes no conozcamos sus posiciones sobre los temas del aborto y del matrimonio LGBT. Ese es un riesgo que no debemos correr bajo ninguna circunstancia.
Premiemos a los candidatos que en estos tiempos «modernos» hayan tenido la valentía de expresarse a favor de la vida y a favor del matrimonio tradicional como está establecida en la Biblia, la cual contiene el deseo de Dios para la humanidad.
Si un candidato promueve los valores bíblicos, es una fuerte señal de que también estará en contra de la corrupción, que es también un valor bíblico; porque si promueve la vida y el matrimonio bíblico, es porque en su interior tiene un alto estándar respecto de las cosas espirituales.
Y si no encontramos el candidato ideal, el que promueva abiertamente nuestros valores, votemos entonces por el menos malo: el que menos se oponga o se haya opuesto a los valores por los que tanto luchamos los cristianos y por los que salimos a las calles a manifestarnos con tanta angustia.
VOTEMOS TODOS EL 5 DE JULIO
Hermanos cristianos: Luego de ir a nuestras iglesias, vayamos todos a votar este 5 de Julio.
No nos quedemos en nuestras casas. Participemos masivamente de este derecho democrático tan valioso como lo es el derecho al voto.
Pidámosle sabiduría a Dios, con fe, para que nos guíe a saber cuáles son esos candidatos que Dios prefiere, y votemos por esos, independientemente del partido que sean, sin emociones ni pasiones. Porque los problemas de este país no son de partidos políticos, sino espirituales, y solo Dios los puede resolver, y esto solo por medio de Cristo.
Seamos diligentes en investigar cuáles de los candidatos a diputado, a senador y a presidente de la república cumplen con nuestros estándares como cristianos, y votemos por ese, aunque no gane; aunque ese candidato solo obtenga el voto suyo.
Los candidatos que en estos tiempos se arriesgan a parecer «retrógradas» por promover nuestros valores merecen nuestra solidaridad, nuestro apoyo y nuestro voto.
Uno de los valores más apreciado por Dios y sus hijos es el valor de justicia, los demás valores dependen de este. Si no somos justos en cualquier momento podemos cambiar hacia los antivalores.