En el siglo XX nació la “Teología Política” de los pensadores Johan Baptist Metz, teólogo católico Alemán, y Jurgen Moltmann, teólogo protestante Alemán; pero Moltmann se destacó por su “Teología de la Esperanza”, haciendo énfasis en la escatología, que promueve la trasformación humana, en la esperanza del Mesías y su reino de los cielos aquí en la tierra. El avance de este pensamiento fue notorio, y los liberales Europeos lo usaron para promover sus intereses; y para lograrlo, influenciaron para que las ideas de Moltmann se impusieran en el Consejo Mundial de Iglesias CMI; y así promover y financiar el liberalismo social a favor de los pueblos, usando el pensamiento ecuménico católico y evangélico en las Iglesias locales.
Sin que haya un eslabón intencional, la Teología de la Esperanza pasa a América Latina, como la Teología de la Liberación; como una respuesta del evangelio de Jesús por los pobres; para liberarlos de toda opresión política, económica, social e ideológica. Esta teología tuvo rápida aceptación y propagación en América donde la pobreza es un castigo para los muchos; y la riqueza es una bendición para los pocos. La ideología comunista la abrazó y la promovió, por medio de sus líderes fundadores como el Pastor Presbiteriano brasileño Rubén Alves, el Sacerdote dominico Católico Gustavo Gutiérrez Merino de Perú; y el sacerdote católico brasileño Leonardo Boff; la fuerza de esta teología se ve claramente en la revolución Sandinista, la Teología Feminista de la Liberación, el pensamiento político de la nueva izquierda; y la lucha contra dictaduras como la de Pinochet, Somoza, Videla, Stroessner, Banzer y otros. La teología de la Liberación dio un giro izquierdizante en América, que la casa Blanca tembló, porque su patio trasero fue revolucionado por una Teología contraria sus intereses.
Pero en el 1975 en tiempo de Ronald Reagan, el Capitalismo Norteamericano codificó una teología que hiciera frente a la teología de la Liberación; y para esto se tomaron en cuenta tres factores: a) la Fusión Evangélico=Derecha Fundamentalista, concepto ya aceptado en el Sur de Norteamérica entre los conservadores evangélicos; y para fusionarlos buscaron temas afines, que tanto los de la derecha como evangélicos, no aprueban de boca: Matrimonios del mismo sexo, Aborto, Feminismo, Inmigrantes Ilegales y el Comunismo Ateo. b) la formulación de una teología que enfatice e iguale la Avaricia del Capitalismo con las Bendiciones Espirituales; y para esto, usaron la Teología de la Prosperidad de Essek William Kenyon pastor Bautista. Y sus secuaces el profeta del movimiento de fe Kenneth Hagin; el ungido Kenneth Copeland y otros. c) También usaron las escrituras como apoyo doctrinal de: 1) Israel actual como pueblo de Dios bendito. 2) el Dispensacionalismo como recurso interpretativo para que la Iglesia se someta, alabe, defienda y santifique, todos los caprichos del sionismo en el medio oriente y el mundo.
Con la Teología de la Prosperidad, la Derecha Cristiana y los Evangélicos Sionistas dispensacionales; la Casa Blanca ha patrocinado una cruzada de guerra santa, política y económica contra los pueblos que no quieren someterse a las políticas de Washington. Donald Trump siempre estuvo y está rodeado de teólogos de la prosperidad, como Norman Vincent Peale quien fue su pastor y mentor; y por Paula Michelle White-Cain su consejera actual. Dicen que el Vice de EUA es un Evangélico Radical de la Ultraderecha Cristiana. El Secretario de Estado de los EUA Michael Richard «Mike» Pompeo confiesa ser un fanático de la teología dispensacional Sionista, junto al yerno de Trump de la religión judía sionista Jared Kushner; y son los que están forzando a una guerra del Armagedón, en procura de la pronta venida de Jesucristo, según su herética exegesis con el apoyo de evangélicos.
La cruzada de la derecha cristiana con su teología de la prosperidad dispensacional, manipuló los votos de los evangélicos para desatar una guerra santa, entre los “buenos” contra los “malos”; y así buscar mesías redentores como: Donald Trump en los EUA como evangélico presbiteriano; a Benjamín Bibi Netanyahu en Israel como amigo agradecido por el apoyo mundial de los evangélicos; Jair Messias Bolsonaro, bautizado en el Jordán como evangélico, pero se confesó Católico; el socialista Daniel Ortega en Nicaragua está feliz por el apoyo recibido por evangélicos; la corrupción en la administración del evangélico Jimmy Morales en Guatemala; y la dictadura disfrazada de democracia del otro evangélico de Juan Orlando Hernández de Honduras; pero también los evangélicos fueron y son usados para que Obrador en México, Cortizo en Panamá, Duque en Colombia, Bukele en el Salvador, Benítez en Paraguay, y Piñera en Chile llegaran al poder.
Los Evangélicos debemos volver a una vida plena con Jesucristo nuestro Señor y Salvador, a su Evangelio como regla de fe y conducta, y a su misión evangelizadora del reino como única plataforma ideológica para proclamar e implantar la Justicia, la Libertad y la Paz del Evangelio del Reino de Dios. Si nosotros los evangélicos no volvemos a Jesucristo y su Evangelio; seguiremos siendo usados como cruzados políticos, de las ideologías de este sistema del anticristo. Ya es tiempo que la Iglesia vuelva a Jesucristo y a su Evangelio Eterno; y que no nos dejemos manipular ni usar como plataformas de la izquierda o la derecha; es necesario que nosotros los Evangélicos hagamos nuestras políticas sociales, propias de las agendas y perspectivas del Reino de los cielos aquí en la tierra, a favor de todos los mortales sin diferencias.
Rolando Diaz