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LA CRUZ DE CRISTO

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En los campos de la República Dominicana es notorio ver delante de las casas, una cruz, o cruces.  La utilidad de esto, de acuerdo a la cultura dominicana, es que la cruz protege a la casa de los malos espíritus.  Hay también quienes suelen llevar una cruz colgada al cuello porque esto le trae buena suerte. Hay quienes entienden que la cruz tiene efectos apotropaico, convirtiéndose en uno de los talismanes más preferidos.

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Pero, ¿Cuál es realmente la virtud de la cruz? ¿Fue la Cruz un accidente, una casualidad, o un hecho fortuito? ¿Para qué nos sirve la cruz, en un mundo automatizado, lleno de invenciones, lleno de maravillosas tecnologías? ¿Necesitamos la cruz en la era del turismo espacial, en la era del genoma humano, en la era de la internet, en la era de los trasplantes de órganos?

La cruz de Cristo fue un hecho planificado por Dios antes de la fundación del mundo (1 Pedro 1:19-20) con el propósito de dispensar infinitas y eternas misericordias a los escogidos, para la gloria y alabanza de la gracia de Dios (Ef. 1:3-6). La cruz de Cristo está fundamentada en el amor de Dios, el apóstol Juan dice que Dios mostró su amor para con los hombres a través de la cruz de Cristo con el propósito de que el hombre tenga vida (Juan 3:16; 1 Juan 4:9).

La bendición que salta a la vista contenida en la cruz de Cristo, es el perdón de nuestros pecados. No hay rito, no hay dieta, no hay régimen de vida, ni cosa alguna que nos pueda proporcionar el perdón de los pecados. Nada puede purificar el alma del ser humano, solo la cruz de Cristo posee esta virtud. Un himno que se canta en las congregaciones cristianas dice: ¿Qué me puede dar perdón? Solo de Jesús la sangre ¿y un nuevo corazón? Solo de Jesús la sangre.  En efecto la Biblia dice: «He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Juan 1:29 (1 Jn. 1:7; Apoc. 1:5)»

Otra bendición que ofrece la cruz de Cristo al hombre, es redención, libertad. El hombre es esclavo del pecado (Juan 8:34); es esclavo de Satanás (2 Tim. 2:25-26; 1 Juan 5:19); es esclavo de las corrientes y filosofías del sistema mundanal anticristo que impera en la tierra (Ef. 2:2). Solo la cruz de Cristo es la puerta de escape para que el hombre no reciba las funestas y eternas consecuencias de su esclavitud espiritual.  Juan dice: «Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres. Juan 8:36» y el apóstol Pablo añade:«en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia, Efesios 1:7».

Así que, la cruz de Cristo, como plan de Dios para vida, sigue dando vida hoy como ayer, a todos los que creen al evangelio del Señor Jesucristo (Juan 3:16; Rom. 1:16). Pablo dice: «Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo. Gálatas 6:14» y es que, hasta que el hombre no decide venir en arrepentimiento y fe a Dios mediante esta cruz, no alcanzará vida, no tendrá perdón de sus pecados, ni habrá misericordia. Dios nos ayude.

Pastor Alberto Moneró Rijo