Por Dionicio Hernández Leonardo
Hoy, 16 de octubre, es el Día Mundial de la Alimentación, instituido en 1979 por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), con el objetivo de “concientizar a los pueblos del mundo sobre el problema alimentario y fortalecer la solidaridad en la lucha contra el hambre, la desnutrición y la pobreza”.
Según estadísticas publicadas por la FAO, el Programa Mundial de Alimentos y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), en el mundo, cada año, mueren 9 millones de personas a causa del hambre y la pobreza, de los cuales el 66% son niños menores de 5 años de edad. Hoy, más que nunca, los países deben preocuparse más en la producción agropecuaria, y en una mejor redistribución del ingreso en la población, para reducir la brecha de la pobreza. Sobre la alimentación, la FAO plantea que, cito: “alimentarse bien es vital para mantener una vida sana y activa”.
Termino esta nota con un pensamiento de Ann Wigmore: “La comida que comes puede ser la más poderosa forma de medicina o la forma más lenta de veneno”.