
La Iglesia de Cristo en esta tierra, ha tenido sus sombras y sus luces; y contabilizándolas a ambas, el resultado será que la Iglesia en su manera de proceder tiene más luces que tinieblas; ante lo dicho, la historia nos llama a la cordura y a ser sabios y avisados ante los engaños de los políticos que en tiempo de elecciones buscan el voto de los evangélicos.
La Iglesia se equivocó con José Efraín Ríos Montt, solo porque en el 1978 claudicó del Catolicismo y simuló una conversión al protestantismo, se trepó como Pastor ministro de la Iglesia Pentecostal la Palabra; y los evangélicos encantados apoyaron a este golpista como jefe de estado, presidente del congreso, y como Diputado en Guatemala; y ¿Por qué los protestantes lo apoyaron masivamente? Por su osadía mediática de mentir y prometer justicia que nunca cumplió.
Donald John Trump fascinó a muchos evangélicos, cuando se proclamó Evangélico Presbiteriano, y como carnada usó temas de inmigración, homosexualismo y el aborto; con la finalidad de que los pastores evangélicos, mandaran a la iglesia a votar por él, porque como un mesías iba a terminar con los sodomitas.
Parece que la jugada politiquera da resultado, porque Jair Messias Bolsonaro hizo un aparataje mediático, dejándose bautizar en 2016 por un político conservador y pastor Silas Malafaia. Y articuló el mismo mensaje contra los homosexuales y contra el aborto; y el pueblo evangélico se volcó votando por él.
Que ingenuo somos los protestantes; por ejemplo Montt fue un presidente de facto, asesino, corrupto y acusado de genocidio; usó la fuerza militar para someter a una nación; y exhibía una ética de vida cuestionada aun por sus seguidores. Donald Trump fue apoyado y financiado públicamente por Peter Thiel uno de los lideres homosexuales de EUA; tanto John MacArthur como Al Mohler le advirtieron a los evangélicos sobre la dudosa moral de Trump; hay grabaciones donde Trump denigra públicamente a la mujer, abochorna a los países pobres como excrementos, acusa a los inmigrantes de terroristas y ladrones, habla mentira hasta “durmiendo”, se jacta de sus adulterios en uno de sus libros, y es tan pulcro que le quieren hacer un juicio político por todas sus violaciones, mentiras y corrupciones. Bolsonaro una vez que subió a la silla presidencial, puso la cosas bien clara de que él no era evangélico sino católico; es decir, que todo fue un montaje de que era evangélico; denigra a las mujeres y cree que los hombres tienen potestad sobre las mujeres aún para violarlas; se ha divorciado dos veces en las que se rumora violencias y adulterios; es racista, golpista, corrupto, y violento. Hoy los evangélicos de Brasil están avergonzados por las obras carnales de su “Judas” Bolsonaro.
Yo no apoyo la homosexualidad y ni el aborto; pero nadie me va a fascinar a votar por un genocida, corrupto y ladrón, que se disfraza de pro-vida o pro-familia; pero es un inmoral con ropa de evangélico, cuyo objetivo es encantar a neófitos; para tomar el poder con el voto de los ingenuos. Todos los líderes evangélicos serios de Guatemala sabían quién era Ríos Montt, pero se quedaron cayados; en los EUA conocían a Trump por mentiroso, mafioso y tramposo; y en Brasil se sabía del expediente corrupto de Bolsonaro; pero aun así, los evangélicos no ponderaron sus vidas y votaron masivamente por estos engañadores; ¡Cuidado! Que ya en la Rep. Dominicana se comienza a gestar la misma estrategia: llegar al poder por los votos de los ingenuos Evangélicos.
Rolando Diaz
