Por Dionicio Hernández Leonardo
Un día como hoy, 15 de septiembre de 1613, nació, François de La Rochefoucauld, en París, Francia. Fue un filósofo, militar y moralista francés, que pasó a la inmortalidad por sus máximas, las cuales publicó en un libro titulado: “Máximas” (1665), integrado por 700 epigramas morales breves, en las que analiza las motivaciones y la propia psicología del ser humano, y que son consideradas un hito del clasicismo francés.
La palabra “Máxima”, como figura rectórica, adquiere importancia a partir del siglo XVII. Según el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, en una de sus acepciones, la define como, cito: “Sentencia, apotegma o doctrina buena para dirigir las acciones morales». Un buen ejemplo de esta definición es la siguiente máxima de François de La Rochefoucauld, cito: «La imperiosa necesidad de subsistir no debe obligar a una persona a renunciar a su dignidad».
Termino esta nota con un pensamiento François de La Rochefoucauld: «Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera».