Por Dionicio Hernández Leonardo
Un día como hoy, 1 de septiembre de 1939, inició la Segunda Guerra Mundial con la invasión de Polonia por parte de Alemania y, en pocos meses, se expandió a otros países. Durante 6 años, esta guerra sumió a la humanidad en una catástrofe de muertes, división y destrucción nunca vistos. La cifra de muertos se estimó entre 40 y 70 millones de personas. ¿Quién ganó? La versión más aceptada es que ganaron los aliados, pero hay quienes sostienen que fue La Unión Soviética; Alemania, nueva vez, salió derrotada, aunque en realidad fue la humanidad la que salió derrotada.
Para entender el origen de la Segunda Guerra Mundial hay que volver a repasar la primera (1914 a 1918), donde Alemania fue derrotada. Para poner fin a la Primera Guerra Mundial, se firmó el Tratado de Versalles, Francia, el 28 de junio de 1919 ¿Qué pasó después? Surgieron nuevas ideologías políticas que enfrentaron al liberalismo y fortalecieron el totalitarismo y el nacionalismo en muchas naciones. También, la depresión económica mundial de 1929 y el acceso al poder de los grandes psicópatas-genocidas de la historia, como fueron los casos de Benito Mussolini, en Italia (1922); y Adolf Hitler, en Alemania (1933). En adición, la política expansionista e imperialista de Los Estados Unidos y de la Unión Soviética. En el caso de Alemania, su objetivo imperialista se remonta al siglo X, cuando estableció el Sacro Imperio Germánico, conocido como Primer Reich; en 1871, a raíz de la guerra franco-prusiana (1870 a 1871), instauró el Segundo Reich; y, con el mal recuerdo de la derrota en la Primera Guerra mundial, se crearon las condiciones para que los alemanes, con Aldof Hitler a la cabeza, establecieran el Nazismo (nacionalsocialismo), que fue la sombrilla ideológica del proyecto imperialista alemán denominado Tercer Reich, que gracias a Dios fue derrotado.
Termino esta nota con un pensamiento de Juan Pablo II: “La guerra es siempre una derrota de la humanidad”.