
Los creyentes en Jesucristo están llamados a crecer, su carácter debe desarrollarse hasta llegar a ser como el Cristo (Ef. 4:13; Rom. 8:29; 2 Cor. 3:18). La base para ese crecimiento es la Palabra de Dios, por lo cual todos los medios que pretenden interpretar la Palabra, y basarse en ella para dar instrucción al pueblo de Dios, deben ser examinados minuciosamente, para obtener un crecimiento saludable en la fe. Por ello, la himnología cristiana, lo que se consume en las redes sociales, los contenidos de la internet, los libros que leemos, los maestros que escuchamos, influyen en nuestro crecimiento de manera relevante, y en ese sentido debemos ser como los hermanos de Berea: «Y éstos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así. Hechos 17:11»
La himnología cristiana debe estar nutrida de la Palabra de Dios para edificación, no para entretener. En las composiciones musicales de carácter cristiano, más importante que el ritmo, y cualquier otro aspecto musical, siempre lo será el contenido literario de las mismas. Las composiciones musicales son un medio eficaz de adoctrinamiento. El libro de los Salmos es un buen ejemplo de esto, cánticos que están nutridos de instrucciones espirituales, revelaciones acerca de Dios, y profecías, entre otras muchas cosas.
Los medios digitales (Youtube, Instragram, Whatsapp, Facebook, etc.) resultan ser muy influyentes en el proceso de crecimiento del cristiano de hoy, y esto se torna en muchas ocasiones en un problema, más que una verdadera bendición, debido a que no hay filtros, y no todos los creyentes están en la capacidad de cribar los contenidos colgados allí, para determinar lo que es bueno y lo que es malo, lo que edifica y lo que no.
Cash Luna, John MacArthur, Paul Washer, Charles Swindoll, Charles Spurgeon, John Piper, Miguel Núñez, Sugel Michelen, Tim Conway, R.C Sproul, David Wilkerson, John Owen, Martin Lutero, A.W. Tozer, John Wesley, Juan Calvino, C.S. Lewis, John Stott y otros muchos, son sumamente citados en las redes, pero solo podemos tomar de ellos, lo que se ajuste a la Palabra, los que son sus criterios personales deben ser desechados, y cualquier otra cosa que no huela a Biblia.
Solo la Palabra de Dios dada a los profetas, y el fundamento de los apóstoles, cuya base es Jesucristo, es alimento espiritual que cuando se consume, produce vida y crecimiento espiritual. Todo lo demás resultará tóxico e inútil para el desarrollo de la vida espiritual. Dios nos ayude.
Pastor Alberto Moneró Rijo
