En una reunión ministerial para el avance de la libertad religiosa, organizada en Washington (Estados Unidos), en la que se trataron temas relacionados al cristianismo en Corea del Norte, el pastor Kenneth Bae explicó que “el régimen de Kim Jong-un ve al cristianismo como una amenaza potencial para su liderazgo”.
Según el informe de la Comisión de Investigación de las Naciones Unidas de 2014, los norcoreanos que huyeron a China y fueron repatriados deben responder a dos preguntas: si tuvieron contacto con surcoreanos o misioneros cristianos. Si responden afirmativamente a cualquiera de estas preguntas, estarían sujetos a tortura y encarcelamiento.
«(Los del gobierno) dicen: ‘No tenemos miedo a las armas nucleares, tenemos miedo de que alguien como usted traiga la religión a nuestro país y la use contra nosotros. Entonces todos se volverían a Dios y nuestro gobierno se vendría abajo”, dijo Bae.
Pero hoy, a excepción de la fe de los pocos cristianos que fueron obligados a pasar a la clandestinidad, la mayoría de los norcoreanos nunca han oído hablar de Jesús. “Corea del Norte no es un país donde los cristianos están siendo perseguidos; es un país donde el cristianismo está siendo eliminado”, advierte el pastor. “Si eres cristiano, te matan y matan a tus padres”.
Las estimaciones indican que alrededor de 80 000 a 120 000 personas están actualmente detenidas en campos de trabajo forzado dentro de Corea del Norte, según Enos. «Las personas pueden ser enviadas a estos campos de prisioneros por cosas simples como leer la Biblia», afirma Bae.
No hay estimaciones definitivas sobre cuántas personas murieron en los campamentos políticos de Corea del Norte, pero algunos creen que el número oscilaría entre los 400 000. Hoy, Bae está comprometido a enviar Biblias en botellas de arroz a Corea del Norte y ayudar a los norcoreanos a escapar.
Uno de los objetivos de Bae es imprimir 1 millón de Biblias y ponerlas en el país. «Necesitamos prepararnos cuando Corea del Norte se abra al Evangelio. “Si el régimen de Corea del Norte cayera, ¿tendríamos suficientes Biblias para que todos conozcan la Verdad y sepan cómo encontrarla?», se pregunta Bae.
Fuente: Impacto Evangelistico
