Por Dionicio Hernández Leonardo
Hoy, 27 de junio, es el Día Internacional de la Sordoceguera, establecido en honor a Helen Keller. La iniciativa surgió en 1989 con la aprobación de la “Declaración de Estocolmo sobre las necesidades básicas de las personas sordociegas». El objetivo de la conmemoración es: “Generar la atención de los gobiernos ante las necesidades en las que se ven envueltas las personas que padecen esta discapacidad”, que les afecta la comunicación, la movilidad y otros aspectos fundamentales para la vida. La sordoceguera suele ser hereditaria, por el “Síndrome Usher”, o congénita, por complicaciones durante el embarazo, como es el hecho de contraer rubeola.
Sobre Helen Keller, fue una sordociega estadounidense, que nació totalmente sana el 27 de junio de 1880, en Tuscumbia, Alabama. Keller, en 1882, contrajo una grave enfermedad que le provocó la pérdida total de la visión y la audición. A temprana edad aprendió a leer y a escribir en el sistema Braille. Su discapacidad no le impidió estudiar y avanzar, hasta llegar a la Universidad de Radcliffe, donde se graduó con honores y, a la vez, se convirtió en la primera persona sorda y ciega del mundo en graduarse en una universidad. Luego de graduarse, se convirtió en una gran líder, escritora, oradora y activista política.
Termino esta nota con un pensamiento de Helen Keller, cito: “Mantén tu rostro hacia la luz del sol y no verás la sombra”.