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¿ME AMAS MAS QUE ESTOS?

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¿ME AMAS MAS QUE ESTOS?
άγαπάς με πλέον τούτων

El Cristianismo de estos tiempos apóstatas, no resiste la pregunta: ¿me Amas más que estos? y para Jesucristo es importante formular esta pregunta a sus seguidores.

¿Por qué?

a) Porque la fe cristiana se define, se comprueba, se interpreta, se analiza, se exhibe, se caracteriza y se sustenta en: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Y amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Entonces es necesario, examinarnos si estamos en la fe; y más en este tiempo, donde abundan las copias y falsificaciones de la Fe Cristiana.

b) Porque para Cristo el Amor es sin fingimiento, no busca lo suyo propio, y no deja de ser; es decir, que cuando los discípulos estaban juntos Simón Pedro, Tomás llamado el Dídimo, Natanael el de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo, y otros dos de sus discípulos. Simón Pedro les dijo: Voy a pescar. Ellos le dijeron: Vamos nosotros también contigo. Fueron, y entraron en una barca; y aquella noche no pescaron nada. Lo que menos reflejaban, eran vidas bendecidas por el Eterno Amor a Jesucristo; por esa razón, sus vidas se convirtieron en una frustración en medio del mar, toda la noche pescando basuras y ramas; en esa noche habían siete vidas improductivas e infructuosas, en medio de la mar; reflejando que sin Jesús nada podemos hacer.

c) Porque solo los corazones, donde el Amor de Dios, se derrama, cubre, llena, y reposa; pueden disfrutar las bendiciones gratuitas, que solo Jesucristo pone en la mesa diaria, para que sus discípulos sacien su sed y su hambruna; como lo vemos en SJn21:4-14.

d) Porque Pedro amaba a Jesucristo de una manera emocional y carnal; por eso, Pedro definía el amor a Dios así: “Aunque me sea necesario morir contigo, no te negaré. Y todos los discípulos dijeron lo mismo”. Ese es el amor común, que prevalece entre los creyentes seguidores de Jesús, en este tiempo. Un amor de boca, de presumidos, privones y fantoches.

e) Porque Pedro se creía, que por todas las bendiciones recibidas, él era el gran amado y amador de Dios; con licencia para exhibir un amor único y especial a Jesús, denigrando y menospreciando a los demás; y por ese inflado amor, él se creía el único “Sana Doctrina”, “Fundamental”, “tulip”, “Calvi-cielo en esta tierra”. Por eso, miraba sobre los hombros a los demás, y proyectaba en ellos, el miedo de su infidelidad a Jesucristo; por eso dijo: “Aunque todos se escandalicen de ti, yo nunca me escandalizaré”.

f) Porque Pedro amaba a Cristo, con un amor de filiación de interés y beneficios: un amor que existe por ataduras sociales, culturales, económicas, familiares, fraternales y tradicionales; por eso la conversación fue así: “Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me agapas más que éstos? Le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te fileo. Él le dijo: Apacienta mis corderos. Volvió a decirle la segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me agapas? Pedro le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te fileo. Le dijo: Pastorea mis ovejas. Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me fileas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me fileas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te fileo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas”.

Ante la pregunta formulada por Jesucristo; Pedro tuvo que arrepentirse y confesar con un corazón contrito y humillado; que no amaba a Jesucristo, con el amor de Dios, que el Espíritu Santo derrama y fructifica en nosotros. Ese verdadero Amor de Dios, se había apagado en Pedro, por la maldad de este mundo; por el bombardeo diario de los egoístas y avaros del Capitalismo; por la venganza hipócrita del Comunismo; y las enemistades que prevalecen, como conducta normales en este tiempo posmoderno; por el fariseísmo y fanatismo religioso evangélico, que produce altivez de rostro, y se creen ser los dueños y señores de los cielos y la puerta para entrar; que son los únicos conocedores del Evangelio; y se creen que los demás hermanos serán salvos, quizás como por fuego.

Pedro fue abierta y públicamente disciplinado, por su arrogancia y pretensión, de creerse mayor y mejor que los demás creyentes; y la represión fue clara: “si me amas apacienta mis ovejas”; en otras palabras, el amor a Jesús, se muestra cumpliendo el ministerio dado por Gracia. Nadie puede decir que ama a Cristo, y no cumplir con sus mandamientos y palabras; nadie puede pretender decir que ama a Jesús, y no lee la biblia, ora, ofrenda, asiste a los cultos a Dios, no visita a los hermanos, y no cumple con su ministerio en la Iglesia.

La Pregunta es pertinente, para este cristianismo de agua de azúcar, y de bola de nieve, que hoy se exhibe en la Iglesia; un Cristianismo con mucha Palabrería de Amor, con Predicaciones de Amor, con Doctrina de Amor; pero nada de Amor, en los hechos y verdad; este es un cristianismo, que niega la esencia de la Fe cristiana: AMAR A DIOS, Y A NUESTRO PRÓJIMO. Volvamos a Dios, confesando cual Pedro, que no lo amamos con el perfecto Amor de Dios; para que en la humildad, seamos llenos de su Amor, para amar a Dios de todo corazón y a nuestro prójimo como a nosotros mismos.

Rolando Diaz

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