Por Tomás Gomez Bueno
Reflexionado un poquito, con algo de retrospectiva histórica, sobre el posicionamiento social y político de los evangélicos en la República Dominicana, a propósito de las pasadas elecciones.
En el pasado certamen electoral (2016) la comunidad evangélica desarrolló un intenso activismo político con miras a colocar algunos legisladores en el Congreso y lograr otros cargos electivos. La campaña desarrollada por los evangélicos –de corte extremista y ultra conservadora– tenía como objetivo colocar algunos legisladores en las cámaras legislativas para defender la soberanía nacional y la familia, amenazada por una agenda foránea que persigue instaurar el matrimonio entre personas del mismo sexo, la despenalización del aborto y la fusión de la nación dominicana con Haití.
Los resultados de las elecciones dicen que estos temas, importantes desde el punto de vista moral y religioso, no tenían fuerza de convocatoria para motivar a los votantes, independientemente de que estuvieran de acuerdo en el rechazo a los mismos. La motivación para el voto necesita otros componentes propositivos, requiere de ofertas de realizaciones más sustanciosas y atractivas, que los evangélicos en campaña no pudieron presentar. El voto evangélico se comportó como siempre, variado y disperso, y ahí están los resultados. De esta experiencia se pueden sacar muchas conclusiones y hay variadas lecciones que aprender.
MILCIADES FRANJUL, EUGENIO CEDEÑO Y CARLOS PEÑA
Sin embargo, poco se ha reflexionado sobre tres legisladores evangélicos (2006–2010), o militantemente comprometido con nuestra comunidad de fe y que no fueron electos con la promoción religiosa, ni hicieron campaña desde las iglesias, y muchos menos recibieron apoyo de líderes evangélicos.
Los congresistas Milcíades Franjul, Eugenio Cedeño y Carlos Peña, de las provincias Peravia, La Romana y el Distrito Nacional, respectivamente, en gesto oportuno valiente solicitaron de manera pública y formal, en un documento firmado por 123 diputados, el sometimiento al Congreso de un proyecto de ley que declare el 31 de octubre de cada año como el “Día Nacional de la Comunidad Evangélica y Protestante”, que coincide con el Día Internacional de la Reforma Protestante, el cual fue aprobado, y no ha pasado al olvido porque CONACOPE se han empeñado en hacernos recordador la fecha con una celebración multitudinaria en este día, en el que también se celebra el aniversario de la Reforma Protestante.
Estos tres legisladores trabajaron intensamente desde el Congreso con los evangélicos y para los evangélicos, logrando conquistas importantes para nuestra comunidad y nadie los tomó en cuenta para reconocerlos.
Sin embargo, fue la primera vez en nuestra historia que legisladores evangélicos que han formado su liderazgo sobre la práctica de su fe y en la base social de sus iglesias locales, desde el mismo Congreso Nacional convocan a la prensa para reclamar igualdad religiosa y deplorar con toda firmeza y responsabilidad el desafortunado fallo de la Suprema Corte de Justicia que declara como constitucional el adefesio jurídico del Concordato.
Oportuno es reconocer que el proyecto de Ley de Asociaciones Religiosas que busca regular las relaciones de las iglesias protestantes con el Estado Dominicano fue concebido e impulsado por el diputado Carlos Peña. Los primeros insumos para trabajar este importante proyecto ley fueron suministrados por este legislador.
El abogado y pastor Alejandro Santana, impulsado por la iniciativa del diputado Peña, aportó el borrador inicial sobre el que un equipo multidisciplinario formado por profesionales de derecho y líderes evangélicos de las principales organizaciones eclesiásticas, con la coordinación del Consejo Dominicano de Unidad Evangélica (CODUE), desarrollo intensas sesiones de trabajo para presentar este proyecto.
Una iniciativa de legisladores evangélicas encabezada por Carlos Peña facilitó que en la Constitución del 2010, en su artículo 55, sobre los derechos de la familia, se aprobara una ley que regula los matrimonios religiosos y que posteriormente le concedió a los pastores evangélicos oficiar matrimonios de sus iglesias con efecto civil.
El preámbulo de la Constitución inicia: “Nosotros, representantes del pueblo dominicano, libre y democráticamente elegidos, reunidos en Asamblea Nacional Revisora; invocando el nombre de Dios… regidos por los valores supremos y los principios fundamentales de la dignidad humana, la libertad, la igualdad, el imperio de la ley, la justicia, la solidaridad, la convivencia fraterna, el bienestar social… declaramos nuestra voluntad de promover la unidad de la Nación dominicana, por lo que en ejercicio de nuestra libre determinación adoptamos y proclamamos la siguiente Constitución”.
Sin dudas que allí estuvieron estos legisladores cristianos evangélicos promoviendo estos contenidos que coinciden con nuestros valores esenciales.
ELIAS WESSIN CHAVEZ
Justo es reconocer que Elias Wessin Chavez cuando fue diputado impulsó la aprobación de la Ley (44-2000) que establece la lectura bíblica en las escuelas, quedando establecido que El Consejo Dominicano de Unidad Evangélica (CODUE) y el Episcopado Dominicano, serían las instancias responsables de implementar esta Ley, la cual no ha sido puesta en marcha, ni se han hecho los esfuerzos suficientes para que se ejecute. Sin dudas, Wessin Chavez fue un legislador evangélico que promovió y apoyo con altura la causa de los evangélicos para importante logros de nuestra comunidad.
DAVID ESCOTO VELOZ Y ARZENO RODRIGUEZ, DIA NACIONAL DE LA BIBLIA
La República Dominicana es el único país en tener un Día Nacional de la Biblia, instaurado cada 27 de septiembre, mediante la Ley 208-84. El diputado. David Escotto Veloz El diputado miembro de La Primera Iglesia Evangélica Dominicana, y el también diputado Luis Arzeno Rodriguez, por iniciativa del Don Alvaro Vicioso Santil, presentó el proyecto de ley que aprobado por todos los legisladores y de esa manera se estableció el 27 de septiembre como Día Nacional de la Biblia en la República Dominicana el único país en el mundo que ha legislado en torno a esto.
Otro logro importante, si se quiere ver desde el punto de vista político, es la Oficina de Enlace de las Iglesias con el Poder Ejecutivo. Esta oficina constituye punto de relacionamiento entre las iglesias evangélicas y la presidencia de la República, y a través de la misma se canalizan muchas iniciativas que facilitan la labor de las congregaciones y ministerios.
Tenemos organizaciones como CODUE, CONACOPE, LA MESA DE DIALOGO y otras que juegan un rol a favor de la comunidad evangélica, y desde sus diversos espacios pueden impulsar importantes iniciativas a favor de la comunidad evangélica.
Tenemos un marco jurídico, social y moral tan sólido y amplio como nosotros lo queramos concebir. Limitar el alcance de este marco que ha logrado la iglesia evangélica a tener una participación política sobre la base de que voten por mi que ahí viene el cuco y soy yo que lo voy a espantar desde el Congreso o la dirección municipal, no es la mejor manera de hacer política.
Les pido excusas a muchos hombres de Dios que no mencioné que han sido protagonistas estelares de estos procesos, me limite a tratar con fines de superar esta situación, al enfoque errático que se hizo en torno a la participación de grupos evangélicos en las pasadas elecciones del mayo del 2016.