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Pastores y líderes evangélicos de Santo Domingo Norte repudian agenda homosexual

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Por: Guillermo Jiménez Guante

SANTO DOMINGO NORTE– LA Federación de Confraternidades y Ministerio Evangélicos de Santo Domingo Norte rechaza categóricamente la actitud del embajador de los Estados Unidos en nuestro país, James W. Brewster en lo concerniente a la promoción de la homosexualidad.

Repudiamos enérgicamente el comportamiento de éste embajador por que atenta contra las leyes de nuestro país, tratados internacionales y los principios bíblicos y morales y vigentes en nuestra sociedad.

La Constitución de la República en su artículo 55 establece claramente que el matrimonio debe ser entre una pareja heterosexual (Hombre – Mujer). La Biblia, igualmente, enseña que el varón dejará su casa paterna y se unirá a una mujer con la que constituye una pareja (Génesis 2:24) y más adelante ordena “no te acostarás con varón como si fuera mujer” (Levítico 18:22).

Nuestra patria fue fundada sobre principios y valores cristianos y morales, siendo nuestro lema: DIOS PATRIA Y LIBERTAD, y colocada en el Escudo Nacional una Biblia abierta. Además, el activismo homosexual que ejerce el embajador estadunidense no forma parte de ninguna agenda diplomática, por lo que éste se extralimita en sus funciones y degrada la solemnidad que su posición demanda.

La comunidad Evangélica de Santo Domingo Norte, exige de los ESTADOS UNIDOS que respete nuestros soberanos derechos cívicos y las sanas costumbres de nuestra sociedad.

No rechazamos a la homosexuales ni a los que practican ningún tipo de pecado pero con la autoridad divina, el amparo de nuestras leyes y los más sanos sentimientos de este país proclamamos la firme decisión de luchar, si es posible hasta la muerte en defensa de esta bendecida nación.

Tenemos muchos problemas morales, sociales, económicos y espirituales, y no necesitamos más situaciones negativas, como la depravación sexual que usted está impulsando, señor embajador, la cual puede provocar que la ira de Dios descienda en contra de nuestro pueblo.

Estamos unidos para seguirles diciendo NO, NO, NO, a la perversión sexual, porque es pecado delante de Dios, contradice las buenas costumbres y viola la Constitución de la República, los convenios internacionales que regulan la diplomacia y las soberanía y nuestro combativo pueblo.